El asesinato de la joven influencer mexicana Valeria Márquez, de tan solo 23 años, sigue generando conmoción en el estado de Jalisco. La tragedia ocurrió el pasado 13 de mayo, cuando fue atacada a tiros dentro de su propio salón de belleza, “Blossom the Beauty Lounge”, en Zapopan, mientras realizaba una transmisión en vivo para sus seguidores de TikTok.
Apenas seis días después del crimen, un nuevo hecho volvió a poner el caso en el centro de atención.
El 19 de mayo, un ramo de rosas rojas fue entregado en el mismo lugar donde la influencer perdió la vida. Acompañando las flores, una breve y enigmática nota: “Perdón”.
La entrega fue presenciada por el periodista Moisés Hernández De Santiago, quien informó el suceso a través del medio mexicano N+, asegurando que se encuentra siguiendo la investigación de cerca.
Antes del ataque, Márquez había alertado a sus seguidores sobre situaciones extrañas que estaba viviendo. Incluso mencionó que alguien le haría llegar un regalo misterioso. Según sus propias palabras, ese detalle ya le generaba inquietud.
Durante la transmisión, en la que fue asesinada, se le escuchó bromear con una amiga cercana, Vivian De la Torre, quien le habría pedido que se quedara un poco más en el salón para recibir una “sorpresa”. “Viviana está enamorada de mí, te lo juro”, comentó entre risas. Hoy, esas palabras son parte del rompecabezas que tratan de armar las autoridades.
De hecho, en redes sociales, De la Torre ha sido objeto de críticas y sospechas debido a su insistencia para que Valeria no saliera del establecimiento, justo minutos antes del ataque. Aunque no hay pruebas en su contra, su nombre aparece recurrentemente en las especulaciones de los internautas.
Semanas antes de su asesinato, Valeria dejó constancia pública de que temía por su vida. En una historia de Instagram señaló directamente a su expareja como presunto responsable de cualquier daño que pudiera sufrir.
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“Hago responsable de cualquier cosa que me llegue a pasar a mí y a mi familia, a esa persona”, escribió, luego de relatar que había sido víctima de agresiones físicas tras una discusión con él.
La joven también compartió capturas de conversaciones con mensajes intimidantes, donde su agresor le decía cosas como: “No conoces mis peores lados” o “me haces hacer cosas que no quiero”. Estas pruebas, que cobraron viralidad tras su asesinato, están ahora en manos de la Fiscalía de Jalisco, que continúa con la recolección de testimonios y evidencias.