Luigi Mangione pasó del anonimato a lo público tras su macabro e inteligente plan de asesinar con un arma con silenciador al empresario Brian Thompson, un destacado CEO de la aseguradora UnitedHealthcare.
El joven, de 26 años, viene de una familia adinerada de Baltimore (Maryland) y de descendencia italiana; además, se destacó en la universidad por sus impecables calificaciones. Se graduó en 2016 de la prestigiosa Gilman School, una institución para hombres reconocido como una de las escuelas privadas más exclusivas de Baltimore. Tuvo el mejor desempeño académico de su clase.
Al parecer, este sospechoso tenía razones personales para matar a Thompson el 4 de diciembre de 2024, en Manhattan, Estados Unidos, porque en el momento de la captura le encontraron un manifiesto escrito a mano que exponía quejas contra la industria de la salud.
“Tuve la oportunidad de leer el manifiesto”, dijo el jefe de detectives del Departamento de Policía de Nueva York, Joseph Kenny, en un programa de televisión matutino. “Está escrito a mano. Da algún indicio de que está frustrado con el sistema de atención médica en Estados Unidos”.
La bomba en Tiktok, Instagram y Facebook había explotado... el “guapo” Mangione inició una revolución en contra de las aseguradoras estadounidenses. Es tanto que hasta la compañía UnitedHealthcare alcanzó a perder unos US$45.000 millones de valor de mercado. Esto, en medio de “una avalancha de sentimientos negativos sobre el sector de los seguros”, según describió CNN.
Su arresto ocurrió cinco días después del crimen cuando fue identificado por un empleado de McDonald’s en Altoona, Pensilvania, quien de inmediato llamó a las autoridades para informar sobre su paradero. El trabajador quería la jugosa recompensa de hasta 60.000 dólares que ofrecía el Departamento de Policía de Nueva York y el FBI.
En el momento de su detención, Mangione portaba varias identificaciones falsas –una de ellas fue la que usó para registrarse en el hostal en el que se hospedó en Nueva York– y además, portaba un arma similar a la que se usó en el asesinato de Thompson. Luego fue conducido por la policía local a un tribunal de Pensilvania y acompañado por detectives de Nueva York, donde fue procesado. En un interrogatorio, más temprano, los investigadores lo habían acusado de posesión de identificaciones falsas y un arma.
Mientras era trasladado con las autoridades, el científico de datos y desarrollador de videojuegos compareció esposado de pies y manos y con chaleco antibalas ante el Tribunal Superior de Manhattan. En ese momento tenía fuerte protección policial en una vista en la que los abogados de la defensa pidieron “un juicio justo porque se le trata públicamente como culpable”.
Cuatro meses después, este viernes 25 de abril, el acusado compareció nuevamente ante el Tribunal Federal del Distrito Sur de Manhattan, vestido con uniforme beige de presidiario, donde la jueza Margaret Garnett le leyó los cuatro cargos de los que se le acusaba, entre ellos, asesinato con arma de fuego, posesión de armas y acoso reiterado.
Mangione se declaró “no culpable”. Con anterioridad, se había declarado no culpable de 11 acusaciones en el Tribunal Penal de Manhattan, entre ellos el de asesinato como acto “terrorista”. A principios de abril, la secretaria de Justicia de Estados Unidos, Pamela Bondi, anunció que buscará la pena de muerte para este joven que el 6 de mayo cumple 27 años, al señalar que “el asesinato fue un acto de violencia política”, “premeditado y a sangre fría”.
El gobierno de Donald Trump dejó sin efecto la moratoria declarada por su predecesor Joe Biden sobre las condenas a muerte y ejecuciones en delitos federales. El crimen y la huida de cinco días del presunto autor, hijo de una familia adinerada e ingeniero graduado en una de las mejores universidades del país, conmocionó y apasionó a los estadounidenses, la mayoría muy críticos con los seguros privados de salud por sus altos costos y demoras en dar acceso a sus servicios.
Una larga fila de personas se formó ante las puertas del tribunal para entrar a la sala de la corte donde se celebró la audiencia. Una de las activistas que trabajan por su causa, Lindsay Floyd, pidió que Mangione tenga “un juicio justo y sin sesgos”.
“Hay mucha gente que no cree que es culpable, y otra que cree que, incluso si es culpable, es un mal necesario, porque pone de relieve las injusticias (...) en la industria de seguros de salud”, dijo a la AFP.
¿Héroe o villano? -
El fondo que han creado sus abogados para su defensa ya lleva recaudados 950.000 dólares, la mayoría pequeñas donaciones de miles de personas que piden su liberación y un juicio justo.
“Politizar tu caso y la pena de muerte solo conseguirán más apoyo para tu libertad”, se puede leer en uno de los mensajes. Lo que más “impresionó” al profesor de historia Elliot Gorn, de la Universidad Loyola de Chicago, tras el asesinato de Thompson, fue “el profundo sentimiento de agravio que muchos estadounidenses tenían de repente”.
“Acabábamos de tener una campaña política de meses de duración, y el tema apenas surgió, pero de repente se abrieron las compuertas, y todo el mundo parecía tener una historia de horror de la atención médica que le habían denegado”, dice a la AFP.