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Lo que se ha visto en EE. UU., dice Gross, es que las nuevas generaciones no están necesariamente pegadas a ideologías, sino a causas y dolencias que no entienden si uno es de derecha, de centro o de izquierda.
Por Diego Santos - @diegoasantos
Tengo muy claro que los jóvenes van a determinar quién será el próximo presidente de Colombia. Si en las elecciones pasadas jugaron un papel muy destacado, estoy seguro de que en las de 2026 sus votos serán imprescindibles para quien llegue a la Casa de Nariño. Por eso es importantísimo entender en qué andan hoy, qué los mueve y, sobre todo, no subestimarlos.
El primer error en el que estamos cayendo es en clasificarlos de izquierda, de centro o de derecha. En las elecciones de 2022, los analistas indicaron que la ideología de izquierda se había consolidado entre el segmento de 18 a 28 años, lo cual puede tener algo de cierto, pero jamás cuestionamos esas aseveraciones. Que los jóvenes hubiesen votado por Petro no necesariamente los convertía en petristas o izquierdistas.
Desde entonces, los hemos seguido metiendo en esa bolsa, preguntándonos cómo llegarles y convencerlos de repensar su ideología. Pero medición tras medición, éstos parecen no moverse de donde están. Pero no es por petristas. Ni por izquierdosos. Es porque el gobierno les sigue hablando de causas que a ellos les duelen. Y la oposición no.
Eso es algo que entendió Donald Trump en las elecciones pasadas, quien tuvo un avance importantísimo entre los jóvenes no porque estos hubieran dejado de ser Demócratas, sino porque supo que el estado de la economía era lo que más les dolía. Trump no los buscó tratando de convencerlos de cambiar de ideología. Tampoco los invitó a que abrazaran los ideales del ‘Make America Great Again’, como muchos pensaron, sino que les tocó la fibra que los inquietaba.
Erróneamente, los analistas creyeron que los jóvenes estadounidenses se habían republicanizado y no fue así. Los Demócratas también estaban haciendo esta lectura y no supieron cómo hablarles para que votaran por Kamala Harris. No era un sector que se les estaba yendo, sino que no les estaban abordando las conversaciones que les interesaban.
El profesor de sociología Neil Gross, en una columna publicada este miércoles en The New York Times, indicó que “el péndulo juvenil se movió más por el estado de la economía”. Y así lo muestran los números: los jóvenes que se han declarado conservadores en Estados Unidos en los últimos 30 años no ha variado mucho; se ha ubicado siempre del 25 al 30%.
Lo que se ha visto en Estados Unidos, dice Gross, es que las nuevas generaciones no están necesariamente pegadas a ideologías, sino a causas y dolencias que no entienden si uno es de derecha, de centro o de izquierda. Quizás esta sea una lección muy importante que debemos tener en cuenta para las venideras elecciones en Colombia.
Así como el mundo ha cambiado radicalmente en los últimos 15 años, así están cambiando la forma en la que piensan los jóvenes. Quizás eso que decía Enrique Peñalosa hace unos años, que ya no existía la derecha y la izquierda, sea cierto. El futuro presidente lo será porque habrá entendido la causa que le duele hoy a ese grupo demográfico.