Cumplida la imposición de la ceniza -que este año fue sobre la cabeza y no con la cruz dibujada en la frente como ha sido tradición-, se dio inicio a la cuaresma, cuarenta días previos a la Semana Santa en los cuales se prohibe -según la tradición católica- comer carnes rojas y este hecho se convierte en un calvario para especies como la tortuga morrocoy, la iguana verde y la tortuga hicotea, que figuran entre los animales silvestres más consumidos durante la principal celebración religiosa en Colombia.
Un informe del Instituto Humboldt lanzó una alerta por la venta que de estas especies se está realizando en las carreteras de la Costa Atlántica, donde la carne de estos animales silvestres es considerada como sustituta del pollo y el pescado y se comercia a la vista de todos, por lo que la entidad ambiental exige controles más estrictos y clama por una educación que evite que a futuro persista esta práctica de maltrato animal.
A manera de crónica, un informe del Humboldt relata cómo decenas de personas desafían el calor ardiente y “aparecen en la vía que comunica a Valledupar con Codazzi para venderles su mecato a los conductores”.
Según el Instituto, la actividad se desarrolla en un tramo de 48,2 kilómetros rodeado de árboles espinosos del bosque seco tropical.
“La oferta gastronómica es diversa. Bollo limpio, carimañola y arepa de huevo para calmar el hambre, y gaseosas y botellas de agua para hacerle el quite a la sed. Sin embargo, los vendedores también ofrecen piezas de algunas de las especies de la fauna más representativas del Caribe colombiano”, señala el informe.
La investigación del Humboldt detectó que camufladas en neveras de icopor, los comerciantes de mecato guardan carne de iguana y tortugas hicotea y morrocoy, mientras que sus huevos son vendidos en racimos de un centenar que ellos se cuelgan en sus cuellos.
“Esta venta, catalogada como ilegal por la normatividad ambiental y que puede arrojar penas de hasta 108 meses de cárcel y multas de 35.000 salarios mínimos, no es exclusiva de esta vía del departamento de Cesar, se puede ver en casi todos los municipios de la Costa Atlántica y ha logrado sobrevivir al paso de los años”, subraya el Instituto.
El Humboldt califica la Semana Santa en Colombia como una época crítica para muchas especies de fauna silvestre, en especial los reptiles señalados atrás, además de la babilla (Caimán crocodylus), por el alto consumo de su carne y huevos, asegura María Piedad Baptiste, investigadora del programa de Biología de la Conservación y uso de la Biodiversidad del Instituto Humboldt.
Según Baptiste, las tortugas hicotea y morrocoy y la iguana verde lideran el ranking de los 10 animales silvestres más traficados en Colombia, seguidas por el periquito bronceado, la lora común, la cotorra cheja, la ardilla, el tití gris, el mico maicero y algunas ranas.
“La demanda de especies silvestres en Colombia tiene varias motivaciones. En el caso de los reptiles es por el consumo de su carne y huevos, una presión que aumenta considerablemente durante la Cuaresma y los días de Semana Santa; las aves, mamíferos y anfibios son para tenencia ilegal como mascotas”, dice Baptiste.
Andrés Rymel Acosta, curador de la colección biológica de herpetología del Instituto Humboldt, añade que el consumo de estas especies de reptiles es una práctica de antaño en el país, en especial en los territorios costeños. Recuerda que en enero de 1967, el Inderena emitió el Decreto 23 sobre la protección de la iguana, por el alto consumo de carne y huevos durante la Cuaresma y Semana Santa, al prohibir su caza con fines comerciales y establecer su veda entre diciembre y mayo.
Pero la alerta del Humboldt también incluye la flora. En esta, la especie que más ha sufrido por las tradiciones religiosas en Colombia es la palma de cera (Ceroxylon quindiuense), planta que en el mundo solo habita en zonas del Quindío, Tolima y Caldas y con la que se elaboran los ramos de Semana Santa.
Pero Baptiste señala que la palma de cera cuenta con varias iniciativas que buscan reducir su extracción, “contribuyendo así regionalmente a acciones para su recuperación. Esto demuestra que las iniciativas pueden ser efectivas cuando hay conciencia ciudadana y acción colectiva”, sostiene la investigadora.
El Humboldt cita un informe de la Policía Nacional que revela que el tráfico ilegal de especies silvestres es considerado como el tercer negocio ilegal más grande y lucrativo a nivel mundial.
“Según la Interpol, este tráfico genera anualmente una cifra cercana a los 17.000 millones de dólares a nivel mundial”, dice la entidad.
En 2017, la Policía incautó o decomisó 21.127 especímenes de fauna en el país, la mayoría en los departamentos de Sucre, Córdoba, Caldas, Boyacá, Cundinamarca, Valle del Cauca y la región de Urabá.
“Las especies de fauna más afectadas fueron la iguana verde (9.588), la tortuga hicotea (8.121), la babilla (3.537), el canario (607) y el oso perezoso (157), en su mayoría en los departamentos del Caribe”.
Según el informe, en los últimos días más de 9.000 huevos de iguana fueron decomisados en Magdalena y Bolívar; 4.300 en viviendas del municipio de Ciénaga y 5.000 decomisados en un bus que transitaba por Magangué.
El Humboldt señala que la Fiscalía General de la Nación capturó a tres ciudadanos que al parecer integran la banda de ‘Los Reptiles’, una red dedicada a la comercialización y tráfico ilegal de huevos de iguana en el Caribe colombiano.
“Por estos hechos, un fiscal les imputó los delitos de ilícito aprovechamiento de recursos naturales renovables, en concurso con maltrato animal. Dos de los procesados recibieron medidas restrictivas de la libertad, ya que habían sido capturados anteriormente por conductas similares”, reza el informe de la Fiscalía citado por el Humboldt.
La institución advierte que seguir estas tradiciones representa un grave impacto a la biodiversidad del país, pues las tortugas hicotea y morrocoy ya están catalogadas como especies vulnerables a la extinción.
“El llamado es a celebrar las fechas religiosas de una manera armoniosa con nuestros recursos naturales”, precisa Hernando García Martínez, director del Instituto Humboldt.
La corporación ambiental Corantioquia, por su parte, confirmó que prepara una campaña en las vías enfocada al control de estas prácticas, además de actividades orientadas a la sensibilización de la comunidad para que no incurra en tráfico y tenencia ilegal de fauna silvestre en su jurisdicción, que abarca 80 municipios antioqueños.