En el deporte, la música, el trabajo y las relaciones interpersonales el lenguaje no verbal simpre cumplirá un papel fundamental. De acuerdo con el psicólogo Albert Mehrabian, en la comunicación el impacto del mensaje se distribuye en un 7% en las palabras, un 38% en el tono de voz y un 55% en el lenguaje corporal (gestos, postura, mirada). Aunque esta proporción aplica principalmente a situaciones en las que se expresan emociones o actitudes, diversos estudios posteriores estiman que en una conversación cotidiana el lenguaje no verbal puede representar entre el 60% y el 80% del mensaje total.
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Si nos trasladamos al ámbito político, la comunicación no verbal puede reflejar el grado de poder o autoridad que proyecta un mandatario ante su país y el mundo. Donald Trump lo sabe muy bien, ya que durante sus mandatos se ha mostrado como un líder “fuerte” frente a sus interlocutores, tanto nacionales como internacionales. No necesita expresarlo con palabras; le basta un apretón de manos para dejar clara su posición de dominio.
Durante la cumbre en Egipto sobre el futuro de Gaza, el presidente estadounidense, en su papel de anfitrión, se encargó de evidenciar a sus homólogos español y francés que fue él quien logró, al menos en una primera fase, el acuerdo entre Israel y Hamás. Asimismo, envió un mensaje entrelíneas al mundo: sus planes a futuro se harán realidad, cueste lo que cueste.
Desde el momento en que Trump recibió a Pedro Sánchez en el recinto - donde también se encontraban los líderes de Egipto, Catar y Turquía - se produjo un pequeño duelo durante el apretón de manos que periodistas y expertos en lenguaje no dejaron pasar. Sánchez, como invitado, se acercó a su par con una gran sonrisa que parecía de nerviosismo. Trump, situado a la izquierda -un punto estratégico-, fue el primero en extender la mano derecha para dar la bienvenida. En ese instante, las venas de ambos se marcaron por la fuerza que cada uno ejercía en el saludo. Hubo incluso ligeros jalones, en los que se evidenciaba claramente una confrontación silenciosa ante las cámaras y la mirada de los periodistas.