En España, la pasión por el fútbol es casi proporcional a la xenofobia de muchos ciudadanos. El rechazo por el extranjero, migrante, es un tema histórico. El dicho “no hay moros en la costa”, nació como una referencia para hacer saber que no había “piratas” árabes a la vista.
“Moro”, de acuerdo con la definición de la RAE, es una persona natural del África cercano a territorio español, de los países al norte del Desierto del Sahara. Esa zona es el origen de la familia paterna del joven que es la esperanza del fútbol español para ganar títulos internacionales: Lamine Yamal (nombres árabes).
Mounir Nasraoui, padre de la adolescente estrella mundial, nació en Larache, pero creció en Tánger, ciudad del norte de Marruecos ubicada frente al Estrecho de Gibraltar, los 14,5 kilómetros del Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo que separan Europa de África, la riqueza de la pobreza; pero llegó a España cuando era un niño de 9.
Fátima, la abuela de la joya del Barcelona, dejó Tánger hace 34 años, cuando tenía 40 y cruzó el mar buscando un mejor futuro para sus hijos. Se fue sola. Cruzó el Estrecho sin problema. En 1990, los marroquíes solo necesitaban un pasaporte para hacerlo. Llegó al Sur de España. Pudo ser a Algeciras o Tarifa, en la costa andaluza de Cádiz.
Eso no lo sabemos. Lo que sí tenemos claro es que, ya en suelo español, se fue para el norte, a Cataluña. De acuerdo con lo que le contó Abdul, tío mayor de Yamal al diario La Vanguardia, ella empezó a trabajar en un camping de Llavaneres, una ciudad ubicada a 35 kilómetros de Barcelona. Algunos años después se fue para Mataró, al norte de la capital catalana y se radicó en el barrio Rocafonda, cerca al mar, donde aún vive.
¿Cómo llegó la mamá de Lamine Yamal a España?
Ya ahí, trajo a sus hijos de Marruecos. El segundo en llegar fue Mounir, quien doce años después, en 2007, le daría el nieto del que vive orgullosa. El hombre creció en Cataluña. Nunca se sintió extranjero, aunque hubiera nacido en otras tierras. Por eso, ha publicado en redes sociales mensajes como “no tienen derecho a decirme ‘vete a tu país’, porque España es el mío. Mi madre ha cotizado 50 años aquí y mi abuelo fue militar”.
Lo escribió en 2023, después de que tuviera que pagar una multa por 546 euros por delitos leves de maltrato tras tumbar una carpa donde hablaba Mónica Lora, candidata de VOX, un partido político ultraconservador español, que rechaza la llegada de migrantes, para ser alcaldesa de Mataró, donde vive su madre.
Mounir Nasraoui siempre fue luchador. Desde joven trabajó en empleos como el de pintor de edificios. Cuando se acercaba a los 20 años conoció a Sheila Ebana, entonces una adolescente de Guinea Ecuatorial, en el África Subsahariana, que llegó a España después de trabajar como mesera en su natal Bata, capital de su país de origen.
No se saben los motivos por los que la joven de piel morena y estatura cercana al metro sesenta, llegó a Europa. Sin embargo, Guinea Ecuatorial es uno de los países con mayor indice de pobreza de África, a pesar de ser rico en petróleo. De acuerdo con un reporte del Instituto Nacional de Estadística de Guinea, en 2006, tiempo para el que migró la madre de Yamal, la pobreza en ese país era del 76.5%. Ahora se redujo al 50.7%.
Lo que sí sabemos es que Sheila llegó a Mataró, en Cataluña y ahí conoció a Mounir. Se volvieron pareja. Se fueron a vivir a Esplugas de Llobregat. Ella quedó embarazada y, al no poder trabajar, los ingresos disminuyeron: no había forma de pagar el arriendo. Dos personas, de nombres Lamine y Yamal, los ayudaron: les permitieron quedarse en su casa, sin cobrarles un euro.
La joven pareja (él tenía 21 y ella 16) prometió que el hijo que nacería se iba a llamar Lamine Yamal, en honor a ellos. Ambos son nombres árabes. El primero significa honestidad. El segundo belleza. Los apellidos del joven futbolista, a quien le gusta el arroz con pollo y salsa de cacahuates que hace su mamá (receta guineana) son Nasraoui Ebana.
Después de que Lamine Yamal nació, sus padres duraron dos años juntos. En 2009 se separaron, pero mantuvieron una relación sana. Durante la infancia del niño, ella trabajó en McDonalld’s. De hecho, cuando el joven ingresó a La Masía, pidió traslado para estar cerca de su hijo. El padre, por su parte, siguió trabajando en temas relacionados con construcción.
Ahora, tanto Mounir, como Sheila, tienen otros hijos. Ella tuvo a Keyne, el niño de 2 años que Yamal cargó en la cancha cuando quedó campeón de la Eurocopa con España. Él de Baraa, una chica de la que no se tiene registro en apariciones públicas. La madre del futbolista es influencer. El padre tiene negocios que hacen que viaje de España a Marruecos constantemente.