El técnico Javier Gandolfi se encuentra ante una de las decisiones más delicadas de su corto pero intenso ciclo con Atlético Nacional: ¿arriesgar a sus mejores hombres frente a Junior este domingo en el Atanasio Girardot o guardar piezas clave pensando en el crucial duelo copero del miércoles en Uruguay?
Las aguas están agitadas en el entorno verdolaga. La reciente derrota ante Águilas Doradas, con una nómina alterna, no solo significó un duro revés en el plano anímico, sino que encendió las alarmas por el riesgo de perder el punto invisible —esa valiosa ventaja deportiva que se le otorga al equipo con mejor rendimiento en la fase todos contra todos y que le da prioridad en caso de empate en los cuadrangulares. Además, puso en entredicho la filosofía del entrenador argentino, quien ha insistido en que para él “no hay titulares ni suplentes”, sino un grupo completo que debe estar preparado para cada compromiso.
Pero lo cierto es que el hincha, tras lo visto en Rionegro, no piensa igual.
La derrota caló hondo, no solo por las formas sino por las consecuencias. Nacional quedó expuesto y ahora, ante el poderoso Junior de Barranquilla —rival directo y con aspiraciones similares—, no hay margen para la especulación. Una nueva caída podría significar despedirse del punto invisible, romper el invicto de 28 partidos en el Atanasio y sembrar un ambiente de inconformidad justo antes de un viaje clave a Montevideo.
Ese es el otro frente que pesa en la balanza. El miércoles, Nacional visitará a Nacional de Uruguay con el objetivo de sellar el primer puesto del grupo en la Copa Libertadores, lo que implicaría definir los octavos de final como local. Viaje largo, desgaste físico y un rival que también llega con hambre de liderato. Por eso, muchos entienden que Gandolfi quiera administrar esfuerzos.
Sin embargo, hay factores que inclinan la balanza hacia un onceno estelar frente a los barranquilleros. El invicto en casa se ha convertido en un símbolo de fortaleza para el club y perderlo justo antes de una cita internacional podría minar la confianza del grupo. Además, una victoria ante Junior significaría asegurar el primer lugar en la tabla del campeonato local y un golpe de autoridad tras el traspié en Rionegro.
En redes sociales, los hinchas lo tienen claro. El clamor popular pide una nómina fuerte, la que consideran el “once ideal”: David Ospina en el arco; Andrés Román, Juan José Arias, William Tesillo y Camilo Cándido en defensa; Jorman Campuzano y Matheus Uribe como dupla de volantes; Edwin Cardona en la creación; Billy Arce, Marino Hinestroza y Kevin Viveros en ataque. Un equipo con jerarquía, experiencia y fútbol para recuperar el rumbo y reivindicar el proyecto.
La presencia de Edwin Cardona, sin embargo, plantea otro dilema. El talentoso mediocampista está sancionado con dos fechas y aún debe cumplirlas. Si juega este domingo, no podrá descontar ninguna y quedará fuera de los primeros juegos de los cuadrangulares. Pero si no lo alinea, podría comenzar desde ya a pagar la sanción, pensando en que esté disponible cuando el torneo entre en su etapa definitiva.
El 10 verde podría jugar por la convocatoria a la Selección Colombia Sub-20 de Luis Landázuri, Simón García y Elkin Rivero.
Gandolfi, por su parte, se mantiene firme en su discurso: siempre pone lo mejor, “lo mejor” según su criterio técnico, en cada partido. Pero este domingo, a las 4:00 p.m., la afición lo juzgará por los resultados y no por las intenciones. La derrota en Rionegro dejó heridas abiertas y el Atanasio espera una respuesta clara: un equipo de jerarquía, que defienda el invicto, asegure el liderato y viaje con la frente en alto a tierras charrúas.
El entrenador argentino deberá jugar su propio partido antes del pitazo inicial. Y en esta clase de juegos, las decisiones pesan tanto como los goles.