Pasados más de dos meses de su salida de la Cancillería –en medio de la controversia alrededor de la extensión del contrato de pasaportes con Thomas Greg & Sons–, este viernes se confirmó que Laura Sarabia será la próxima embajadora de Colombia ante el Reino Unido.
Si bien el nombramiento se conoció semanas después de su salida del Ministerio de Relaciones Exteriores, hasta este viernes el Ejecutivo habría recibido el beneplácito para su arribo y, al parecer, asumiría en propiedad a finales de mes. Por ello, hoy fue colgada su hoja de vida de manera formal a la plataforma presidencial de aspirantes a distintos cargos.
EL COLOMBIANO reveló en su momento que, tras la renuncia de Sarabia, estaba sobre la mesa que pudiese ocupar un cargo diplomático, aunque en ese entonces ella se negó a esa posibilidad.
El pasado 3 de julio la entonces canciller presentó su carta de renuncia. Le envió una carta al presidente Gustavo Petro en la que dijo que “en los últimos días se han tomado decisiones que no comparto y que, por coherencia personal y respeto institucional, no puedo acompañar”.
Y agregó: “No se trata de diferencias menores ni de quién tenga la razón. Se trata de un rumbo que, con todo el afecto y respeto que le tengo, ya no me es posible ejecutar”. El documento también dice que “hay momentos en los que decir adiós también es una forma de cuidar”.
Esta renuncia se presentó un día después de que el jefe de gabinete y de despacho presidencial, Alfredo Saade, la desautorizara por la decisión que iba a tomar el Gobierno colombiano sobre el contrato para la fabricación de pasaportes.
El funcionario anunció que por orden del presidente Gustavo Petro se iniciaría el proceso de elaboración de ese documento de identificación a través de la Imprenta Nacional con Portugal. No obstante, al final el Ejecutivo terminó por prorrogar el contrato con Thomas Greg a la espera de concluir la etapa de preparación y adecuación.
La excanciller Laura Sarabia ocupó varios cargos en los casi tres años del Gobierno Petro: la jefatura de despacho presidencial, jefatura de gabinete, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), directora del Departamento de Prosperidad Social (DPS) y ministra de Relaciones Exteriores.
Sarabia ha estado envuelta en varios escándalos. La acusan de haber tenido más poder del que debería y de tener influencia directa sobre el jefe de Estado. Pero también se le reconoce disciplina y capacidad de trabajo.
Esas virtudes beneficiaron al exsenador Armando Benedetti que la llevó a la campaña de Gustavo Petro en 2021 y el entonces candidato lo notó rápidamente y la incorporó a su equipo. Cuando el mandatario asumió el poder ella se volvió indispensable y Benedetti, por sus problemas judiciales, terminó de embajador en Caracas, unas oficinas que estaban en el peor de los estados físicos y diplomáticos.
Laura Sarabia llegó a la Cancillería de Colombia el 29 de enero de 2025. Fue nombrada por el presidente Gustavo Petro para reemplazar a Luis Gilberto Murillo, quien renunció para preparar su candidatura presidencial.
Su designación fue cuestionada por varios sectores como, por ejemplo, en la comunidad académica, en la que abogados, expertos en relaciones internacionales, docentes, coordinadores de observatorios internacionales, líderes de grupos de investigación, empresarios y más, mandaron una carta al mandatario por la designación.
Sarabia, quién estudió Relaciones Internacionales y Estudios Políticos en la Universidad Militar Nueva Granada y una maestría en Comunicación Política en la Universidad Externado, venía de ser la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), encargándose de la agenda y el acceso al presidente desde el 23 de febrero de 2024.
Con ella, venían escándalos como las interceptaciones ilegales a su exniñera Marelbys Meza y señalamientos de lobby en favor de su hermano.