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El efecto Uribe: cómo su candidatura puede alterar las cuentas presidenciales y legislativas

El exmandatario confirmó su regreso a la política como candidato, encabezando la lista cerrada del Centro Democrático con el objetivo de duplicar su representación en el Congreso. Análisis.

  • Aunque enfrenta una condena en primera instancia en su contra y ha perdido popularidad, la figura de Uribe sigue siendo clave para movilizar a la derecha y reconfigurar el panorama político colombiano. FOTO: COLPRENSA
    Aunque enfrenta una condena en primera instancia en su contra y ha perdido popularidad, la figura de Uribe sigue siendo clave para movilizar a la derecha y reconfigurar el panorama político colombiano. FOTO: COLPRENSA
hace 1 hora
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A la espera de que se resuelva su caso en segunda instancia y pasado un mes desde que se conoció la sentencia en su contra, el expresidente Álvaro Uribe Vélez volvió a sacudir el ajedrez político y electoral de Colombia. El director del Centro Democrático, Gabriel Vallejo, confirmó ayer lo que durante semanas fue un rumor: que el exmandatario buscará volver al Senado y participará en los comicios de 2026.

“Si los temas judiciales se lo permiten, el presidente Álvaro Uribe será el número 25 en la lista al Senado (...) No es que él haya aceptado la nominación, él fue el que la propuso y obviamente para el partido es un honor que él esté pensando en un momento tan difícil para Colombia”, declaró.

Con Uribe como gran jalonador de la lista y como referente de la oposición al Gobierno de Gustavo Petro, el partido espera sumar al menos 25 senadores –casi un cuarto de la cámara alta– a través de una lista cerrada. Se trata de aquella lista en la que los ciudadanos votan solo por el partido o coalición, y no por un candidato en específico.

De allí que sea clave cómo quede conformado el orden de los aspirantes, teniendo en cuenta que según el número de votos se define el total de escaños que le corresponde a la colectividad. Por ejemplo, el Pacto Histórico se la jugó por una lista cerrada en 2022 al Senado y, tras obtener 2,3 millones de votos, se hizo a 20 escaños.

En esa línea, Vallejo manifestó que la colectividad tendrá un comité evaluador que recomendará el orden de los candidatos. “Se tendrá en cuenta la formación académica, la reputación, la honorabilidad, su capacidad de representación regional y su identificación con los principios del partido”, indicó.

“Queremos decirle al país que el Centro Democrático tendrá la enorme responsabilidad de liderar la lista que va a ayudar a contribuir a la recuperación de Colombia. Hasta el momento el único puesto fijo que tenemos claro es el número 25 que es Álvaro Uribe Vélez”, agregó el director del partido.

La apuesta del partido es clara: con Uribe a la cabeza, el objetivo es casi que duplicar el número de senadores con los que cuenta el uribismo hoy (13 en total), lo que le aseguraría ser la fuerza mayoritaria en la Corporación con casi uno de cada cuatro senadores.

En su última aventura electoral en ciernes, Uribe fue cabeza de lista al Senado en 2018 y logró 872.000 votos, siendo de lejos el congresista más votado de la historia y asegurándole 19 escaños al Centro Democrático. Inclusive, en ese entonces el presidente Iván Duque llegaba con la bendición del exmandatario.

Un peso pesado

Al margen de las simpatías políticas, es un hecho que Uribe se ha consolidado como el gran elector de las últimas dos décadas en Colombia.

No solo llegó a la Presidencia en dos oportunidades, sino que impulsó la candidatura de Juan Manuel Santos en 2010 y alcanzó a propinarle un susto en las urnas al entonces jefe de Estado en 2014 al promover al exministro Óscar Iván Zuluaga.

En esos mismos comicios aseguró 20 escaños en Senado y otros 19 en Cámara para el naciente Centro Democrático y cuatro años después, con él a la cabeza, se consolidó como la fuerza política más importante del país, logrando no solo mayorías en el Congreso, sino poniendo inquilino en la Casa de Nariño.

“Si Uribe es candidato evidentemente es una buena noticia para el Centro Democrático que se encontraba un poco falto de liderazgo en la lista, aun cuando él ya no está tan en el centro de la vida política como en el pasado, pues ha perdido popularidad y un poco de relevancia política”, explica el profesor Yann Basset, director del Grupo de Estudios de la Democracia de la Universidad del Rosario.

Según el catedrático, el exmandatario conserva una popularidad fuerte en un grupo del electorado que es fiel a sus ideas, pese a que hoy luzca minoritario.

“Podrá volver a movilizar este electorado y eso es importante para un partido que desde las elecciones pasadas tenía dificultades para mantener su hegemonía sobre la derecha”, agrega Basset, recordando que en las pasadas elecciones el uribismo no solo perdió siete escaños en el Senado, sino que no logró consolidar un candidato presidencial fuerte.

En momentos en los que candidatos como Vicky Dávila o Abelardo de La Espriella figuran como caras fuertes y visibles de la derecha, es un hecho que el arribo de Uribe reconfigurará el panorama político colombiano y le dará un impulso adicional no solo a las listas al Congreso, sino también a la misma candidatura presidencial.

¿Es legal la candidatura tras su condena?

El pasado 1 de agosto, tras un mediático y prolongado caso judicial, el expresidente fue condenado a 12 años de prisión domiciliaria por soborno de testigos en actuación penal y fraude procesal. ¿Aun así puede participar en política? Según el abogado César Augusto Vargas, experto en derecho penal y presidente de la firma CDS Estrategia Legal, es viable hasta que haya un fallo de segunda instancia.

“Cualquier persona en Colombia goza del principio de presunción de inocencia y hasta que la sentencia no esté en firme, es decir, no esté ejecutoriada, a él se le sigue tratando como presunto inocente y es más, se le debe tratar con con presunción de inocencia. No ha sido vencido en juicio, razón por la cual si la sentencia de segunda instancia no ha salido, la persona tiene los mismos derechos”, explicó.

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