En las últimas horas, el presidente Gustavo Petro y su ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, concentraron los focos de la opinión pública por protagonizar insultos y madrazos frente a las cámaras de televisión, justo en momentos en los que hay graves cuestionamientos contra el jefe de Estado por las confesiones de su excanciller Álvaro Leyva. ¿Se trata de una estrategia para desviar la atención sobre el escándalo?
En medio de un acto de instalación de los comités ciudadanos de la consulta popular en el municipio de Soledad, Atlántico, realizado este jueves, Petro lanzó varias críticas contra el presidente del Congreso, Efraín Cepeda. El motivo: oponerse a sus reformas sociales y la consulta popular.
“Decía Efraín Cepeda entonces oiga, pero si esas son las preguntas que ustedes presentaron ahora si podemos discutirlas en el Congreso. Yo no digo groserías, pero quise decirle una: Mucho Hp (...). Duré dos años invitándolo a mi oficina, me llevó un regalo, unas fotos de sus hijas que yo puse para que todos las vieran. Él iba a mi oficina y me decía que quería concertar, que quería el diálogo, pero llegaba a la plenaria y hundía las reformas”, expresó el Primer Mandatario.
Ese mismo día se viralizaron por las redes sociales otros insultos proferidos por el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, durante una visita al hospital de Puerto Gaitán, Meta. El funcionario estaba molesto porque, según él, en ese sitio no estaban atendiendo a los pacientes, sino que los remitían a otras ciudades, y descargó su ira contra la gerente de la ESE Departamental del Meta, María Rodríguez.
“Ojalá le tocara a usted, que se enfermara aquí y no tuviera familia, hijueputa... y la mandaran para Villavicencio o para Bogotá (...). ¿Qué hace este hospital acá? Solo remitiendo, remitiendo y remitiendo. ¿Y sabe qué le pasa a una familia cuando lo remiten? ¿Usted le paga hotel? ¿Usted le paga comida?”, profirió Jaramillo.
Ambas expresiones groseras se registraron, curiosamente, frente a las cámaras y justo cuando la opinión pública fustigaba al Gobierno Nacional por las revelaciones de la carta del excanciller de Petro, Álvaro Leyva.
En su misiva, enviada a la Presidencia y luego publicada en X, acusó a su exjefe de drogadicto, de estar “secuestrado” por sus subalternos Laura Sarabia y Armando Benedetti, de estar desconectado del país y de sus ministros, entre otros yerros de gravedad.
Las vulgaridades generaron el rechazo del mundo político nacional. El aludido Efraín Cepeda respondió en redes sociales: “El presidente Petro aún no comprende la dignidad que ostenta y, como si estuviera en una riña callejera, recurre a la grosería y la bajeza. No pienso caer tan bajo, porque tengo clara la dignidad que represento. Nuestra institucionalidad merece un Honor Perenne, que es mi forma de entender el verdadero HP”.
A lo que Petro contestó: “Dignidad no es hipocresía, sino franqueza. Los caribeños no somos hipócritas”.
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