Desde Shanghái, el ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, anunció la presentación del proyecto de ley que convoca a una Asamblea Nacional Constituyente con 71 delegatarios, distribuidos equitativamente entre hombres y mujeres.
El articulado —que definió como “el punto de partida para construir sobre él las bases de la transformación que requiere Colombia”— propone que el pueblo delibere sobre su futuro mediante el debate y no la violencia. En su mensaje, Montealegre comparó el proceso con las grandes transformaciones sociales del siglo XX y aseguró que la nueva Constitución busca superar “el bloqueo institucional” que, según dijo, impide el avance del país.
Minutos después de la publicación, desde distintos sectores se advirtió que la iniciativa no solo es inviable en tiempos electorales, sino que también tensiona el equilibrio institucional del país.
El líder del Nuevo Liberalismo, Juan Manuel Galán, fue uno de los primeros en pronunciarse: “Jugar con una Constituyente a meses de una elección presidencial es incendiar la democracia con fósforos electorales. Convocarla ahora no solo es inviable, es una imprudencia monumental. El procedimiento legal es largo: ley del Congreso, revisión de la Corte y dos votaciones populares. Pretender hacerlo hoy es burlarse del Estado de Derecho”, señaló.
Desde el ámbito local, el concejal bogotano Papo Amín también cuestionó la propuesta. “En lo que terminó Chiquito Malo. Secundando el atropello de nuestra Constitución. Van por todo, ya tienen listo el borrador del proyecto de ley para convocar la Constituyente, buscando una ‘reforma total’. Qué peligro”, escribió en su cuenta de X.
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