Alfredo Morelos volvió a brillar con la camiseta de Atlético Nacional, pero esta vez su partido no solo dejó aplausos. En la victoria 2-1 ante Águilas Doradas, entre el festejo y la emoción, el atacante se quebró al recordar una herida que lo acompaña desde la adolescencia: la pérdida de su hermana.
Fue durante una entrevista en la zona mixta cuando Morelos, habitualmente de carácter fuerte y reservado, se mostró visiblemente conmovido al responder una pregunta sobre su motivación personal. “Mi hermana fue una motivación muy grande, cuando tenía 15 o 14 años ella fallece y yo sabía lo que quería para mi vida, mi madre también. Ella fue la motivación para ser alguien en la vida, yo se lo dije a mi madre, ella valora mucho la importancia de estar en mi vida. Yo todo se lo dedico a ella porque me da la motivación para hacer las cosas de la mejor manera”, confesó con la voz entrecortada, mientras contenía las lágrimas.
El delantero, que atraviesa uno de sus mejores momentos desde su regreso al fútbol colombiano, dejó ver una faceta desconocida para muchos. Detrás del temperamento que tantas veces ha sido noticia, se reveló un hombre sensible, marcado por el dolor, pero también por una fuerza interior que lo ha llevado a sobreponerse una y otra vez. Su historia personal explica mucho de la entrega que demuestra en la cancha, de ese fuego competitivo que no se apaga y que, como él mismo dijo, tiene nombre y razón: su hermana.
Durante la charla, Morelos profundizó en lo que significó esa pérdida en su juventud y cómo se convirtió en el motor de su carrera. “Me hubiese gustado que disfrutara este momento, fue duro porque yo estaba muy joven, un pelado que quería ver a su hermana crecer, que me viera jugar. Dios sabe cómo hace sus cosas, era mejor que ella descansara porque estaba sufriendo mucho, pero es la motivación de cada día de seguir y luchar”, expresó, dejando al descubierto un lado profundamente humano y emotivo.
El ambiente en la zona mixta cambió por completo. Los periodistas, acostumbrados al carácter frontal de Morelos, lo vieron vulnerable, sincero y emocional.
En redes sociales, los mensajes de apoyo y cariño no se hicieron esperar. Muchos hinchas destacaron su madurez y la valentía de compartir un sentimiento tan profundo, recordando que, más allá del fútbol, también hay un ser humano que lucha cada día por mantener viva la memoria de quien marcó su camino.
El delantero no solo fue protagonista dentro del campo, sino que con sus palabras recordó que el fútbol también es un vehículo de emociones, de memoria y de amor. “Ella me da la motivación para hacer las cosas de la mejor manera”, dijo. Y esa frase resume todo. Cada gol que anota, cada carrera que emprende y cada batalla que libra en el césped lleva consigo el eco de esa promesa hecha en la infancia: ser alguien en la vida, por ella, y para ella.
En el corazón del hincha verdolaga quedará esa imagen de Alfredo Morelos con los ojos humedecidos. Porque más allá de la euforia, hay una historia de amor fraternal que lo empuja a seguir. Y esa historia, como su fútbol, está escrita con pasión, lágrimas y una fe inquebrantable.