La Unión Patriótica tuvo que salir en defensa de la memoria de sus muertos –víctimas de persecución y genocidio entre 1984 y 2002–. La molestia ocurrió por unas declaraciones del expresidente Álvaro Uribe en el que hizo señalamientos y hasta imputó delitos a los miembros de ese partido.
Las declaraciones de Uribe Vélez ocurrieron en el escenario de la red X, mientras avanzaba el sepelio del senador y precandidato, Miguel Uribe. El expresidente afirmó que el asesinado senador hacía oposición democrática y comparó el crimen con las víctimas de la UP.
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“El mundo debe saber que Miguel era un ejemplo de oposición democrática leal. Él, como nuestro partido y las fuerzas democráticas de Colombia, nunca apeló a la combinación de las formas de lucha, a diferencia de algunos miembros de la Unión Patriótica que promovían el secuestro, participaban de órdenes de asesinato, pero se sentían con derecho a imponerse sobre la democracia”, señaló el expresidente Uribe en su cuenta de X.
Las declaraciones de Uribe Vélez resultaron un ataque directo a las víctimas de genocidio de la Unión Patriótica. El Centro Nacional de Memoria Histórica ya documentó que al menos 6.200 simpatizantes de ese partido fueron asesinados.
El 11 de octubre de 1987 fue asesinado el candidato presidencial Jaime Pardo Leal. La persecución continuó y el 22 de marzo de 1990 fue asesinado Bernardo Jaramillo Ossa. La Unión Patriótica también vio caer asesinados a 9 congresistas, 70 concejales, diputados, alcaldes, líderes sindicales, estudiantes, artistas, profesores, campesinos, simpatizantes y dirigentes de juntas de acción comunal.
“Las declaraciones de Álvaro Uribe Vélez no solo incurren en estigmatización, sino que minimizan y trivializan las graves violaciones a los derechos humanos que han sido objeto de condena internacional contra el Estado colombiano por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, afirmó la UP en un comunicado.