Pirry explicó que su ingreso a la clínica no obedeció a una emergencia médica, sino a una decisión personal de desconectarse de las redes sociales y atender su salud mental de manera preventiva, “no tuve ninguna crisis de ansiedad o depresión”, aseguró. “Pero de verdad siento que las redes sociales, el teléfono y las pantallas estaban causando demasiado estrés”.
Durante su estadía, recibió acompañamiento psicológico y psiquiátrico, participó en actividades de relajación como meditación, yoga y masajes, y se mantuvo alejado de dispositivos electrónicos. “Básicamente me regalé unos días de terapia diaria, cero pantallas, ejercicio y silencio”, relató.
La depresión de Pirry, un diagnóstico desde 2014
Un llamado a no autodiagnosticarse
Pirry aprovechó para enviar un mensaje directo a sus seguidores sobre el uso de redes sociales como fuente de diagnóstico. “Nosotros, los generadores de contenido, podemos tener opiniones, pero no somos terapeutas”, dijo. “Si usted siente que necesita ayuda, consulte un profesional. No se autodiagnostique ni se automedique”.
También criticó la banalización de los trastornos mentales en redes: “Hay muchos influencers diciendo ‘yo tengo TDAH, yo tengo THT’... No. Hágase ver por un profesional”.
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El comunicador concluyó su testimonio diciendo que la experiencia le sirvió para “reoxigenarse” y retomar sus actividades con una mejor disposición emocional. “Siento que sí me sirvió mucho desconectarme, llegar renovado de energía”.