Atlético Nacional atraviesa por una etapa de reestructuración profunda. El club paisa, que se alista para un exigente segundo semestre en el fútbol colombiano, ha comenzado a mover sus fichas de manera estratégica: salidas confirmadas, otras por definirse, oportunidades para los juveniles y nombres importantes sobre la mesa para reforzar su plantilla. Todo enmarcado en una cuenta regresiva que culminará el próximo 2 de julio, cuando salgan a la venta los abonos para el segundo semestre, fecha clave en la relación con su hinchada.
La primera baja ya es oficial: Kevin Parra fue cedido a La Equidad en condición de préstamo con opción de compra. El volante de 22 años, que tuvo algunas apariciones con el equipo profesional, buscará consolidarse en Bogotá, donde tendrá mayor margen de competencia. Pero su caso no es aislado: el club antioqueño planea darle un nuevo aire a varios de sus canteranos, ubicándolos en distintos equipos para que acumulen minutos y experiencia.
En esa misma línea, Nacional adelanta gestiones para reubicar a otros juveniles como Mateo Valencia, Juan Pablo Torres y Kilyan Toscano, quienes, pese a tener condiciones valoradas por el cuerpo técnico, necesitan mayor rodaje para consolidarse en el profesionalismo. Es una política que responde a la necesidad de oxigenar el plantel, pero también a la apuesta por un proyecto a mediano plazo donde el crecimiento de los jóvenes sea parte esencial.
Por otro lado, se tomó la decisión de devolver a Faber Gil al Deportivo Pereira, donde probablemente encontrará continuidad. La lista de posibles salidas también incluye a dos jugadores que generan incertidumbre: Felipe Aguirre y Joan Castro. Ambos tienen contrato vigente hasta el 31 de diciembre de 2025, pero su permanencia está en duda.
Aguirre, incluso, alimentó los rumores sobre una despedida inminente al publicar en redes sociales una foto suya cuando era niño, luciendo los colores de Nacional con una de las categorías infantiles. Un mensaje simbólico que muchos interpretaron como una despedida emocional, aunque desde la dirigencia no se ha emitido un pronunciamiento oficial sobre su futuro.
En medio de estas salidas, los dirigentes verdolagas tienen clara una directriz: todo jugador de categoría que se marche será reemplazado por otro de nivel similar. Así ocurrirá con Kevin Viveros, y así podría pasar en caso de concretarse la salida de Marino Hinestroza, quien tiene ofertas del exterior y aún no define su situación. Otro que podría salir es Juan Manuel Zapata, mediocampista de marca que ha despertado interés en varios equipos, por lo que Sebastián Pérez vuelve a sonar como una opción de recambio natural. El experimentado volante, campeón con Nacional en 2016, podría regresar si se alinean las condiciones.
En cuanto a los refuerzos extranjeros, el club no sumará más de dos foráneos para no exceder el cupo permitido. Ya cuenta con Camilo Cándido y Billy Arce, por lo que las incorporaciones deben ser cuidadosamente seleccionadas. Entre los nombres que han sonado están Facundo Batista y Adrián Balboa, dos atacantes uruguayos con experiencia internacional; Gianfranco Allala, defensor central; y Juan José Córdoba, delantero colombiano que militaba en el fútbol internacional.
También se ha conocido que le fue ofrecido al club el extremo Marcelino Carreazo, quien recientemente quedó libre tras su paso por el fútbol búlgaro, y su perfil está siendo valorado por el área deportiva.
Asimismo, el venezolano Freddy Vargas aparece como alternativa para reforzar el frente de ataque, al igual que Andrés Felipe Roa, talentoso volante creativo que quedará libre del Panetolikos griego y con quien ya hubo acercamientos en el pasado. Su regreso al fútbol colombiano, especialmente al verde, no sería descabellado.
En paralelo, Stefan Medina sigue en conversaciones para un posible préstamo desde el Monterrey. Su regreso sería recibido con entusiasmo por la afición, que lo reconoce como uno de los canteranos más exitosos en el exterior.
Otros nombres en el radar son Johan Rojas y Cristian “Chicho” Arango, aunque en este último caso, las dificultades económicas complican la operación. Arango tiene contrato vigente por un año y medio más con el San José Earthquakes de la MLS, y su cláusula de rescisión es elevada para las finanzas de Nacional.
Todo este panorama se desarrolla en medio de una presión silenciosa pero constante: la venta de abonos para el segundo semestre comenzará el 2 de julio, y los hinchas esperan con ansiedad noticias que reaviven la ilusión.
La dirigencia es plenamente consciente del impacto emocional que tiene cada anuncio en la decisión de los abonados, y por eso trabaja sin pausa para cerrar operaciones que entusiasmen a la tribuna.
La reconstrucción verdolaga no solo es un ejercicio de nombres. Es también una forma de reorientar un proyecto deportivo que necesita resultados inmediatos, pero también identidad. En ese equilibrio entre lo urgente y lo importante, Atlético Nacional intenta encontrar su rumbo, combinando experiencia, juventud, talento local y refuerzos que verdaderamente marquen diferencia y respalden el proceso del técnico Javier Gandolfi.
La hinchada aguarda, con el corazón en la mano, que esas buenas noticias lleguen pronto.
