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Convirtió la selva en escuela de fútbol para 800 niños Emberá

A sus 31 años de edad, Aurelio recorre todas las comunidades indígenas de Dabeiba para formar nuevos talentos.

  • Convirtió la selva en escuela de fútbol para 800 niños Emberá
  • Aurelio, de 31 años, da indicaciones a los niños del resguardo Sever Taparales, en Dabeiba (Antioquia), durante un entrenamiento.FOTO cortesía

    Aurelio, de 31 años, da indicaciones a los niños del resguardo Sever Taparales, en Dabeiba (Antioquia), durante un entrenamiento.

    FOTO cortesía

  • Convirtió la selva en escuela de fútbol para 800 niños Emberá
  • Convirtió la selva en escuela de fútbol para 800 niños Emberá
hace 1 hora
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Ninguna de las 41 comunidades indígenas de Dabeiba, Antioquia, tiene cancha de fútbol. Sin embargo, en esas zonas, como en todo el país, patear balones es uno de los pasatiempos preferidos de sus habitantes.

En el territorio de la comunidad Nendo Guabina, ubicada a cinco horas en moto de la cabecera municipal, hombres y mujeres Emberá Katío de todas las edades juegan cada día varios partidos en un terreno plano, con poco césped y muchas piedras.

No tienen guayos; todos juegan con botas de caucho. Los adultos llevan jeans y camisas tipo polo. Los niños hacen deporte con pantalonetas y medias largas de fútbol, como las de los uniformes profesionales. Así corren, buscando evadir rivales y patear a los arcos que construyeron con maderos.

Para los adultos, es diversión. Los menores ven en el balompié una oportunidad para salir al mundo, tener nuevos sueños y romper las brechas que históricamente han tenido que enfrentar por vivir lejos, “aislados” de la zona urbana. No solo en Nendo Guabina, sino también en los territorios de todas las comunidades que se reparten a lo largo y ancho de La Puerta del Urabá.

Para los niños Emberá, esa ilusión es nueva. La inspiración se las ha dado Aurelio Majore Domico, un hombre indígena de 31 años que, desde inicios de 2023, sortea las agrestes zonas selvas de Dabeiba y atraviesa ríos —incluso cuando están crecidos por la lluvia frecuente en el municipio— para realizar entrenamientos de fútbol con los menores de las comunidades.

Aurelio es delgado, mide cerca de 1,60 metros, tiene la piel morena y un rostro que refleja la nobleza de su corazón. Habla español, pero lo hace despacio, pensando bien las palabras. Dice que se “defiende por haber vivido cerca de la zona urbana”, aunque su lengua madre es el emberá.

A primera vista, no parece tener la resistencia física que demandan las jornadas de hasta dos días que realiza para llegar a los lugares más lejanos del municipio y compartir su pasión con los menores. Sin embargo, en su espíritu lleva una fuerza de voluntad que nace del conocimiento del impacto positivo del deporte en la vida de los niños de su comunidad.

¿Qué lo inspira a hacerlo?

“Siempre lo hago por la felicidad de los niños. Cualquiera no va a las comunidades. No hay muchas personas dispuestas a hacer estas cosas. A mí me gusta ver a los menores alegres porque, cuando yo era pequeño, no había estas oportunidades. En ese momento, nosotros no teníamos la opción de entrenar y menos de competir en torneos”, responde con una sonrisa, sentado en la única cancha que hay en Dabeiba, cerca del río Sucio y rodeada de montañas como paredes, durante una iniciativa de Campamentos Bancolombia.

Majore —quien cuando juega fútbol lo hace como lateral por su velocidad y resistencia— aceptó la propuesta de Cristian Rueda, responsable del tejido social del municipio, de hacer entrenamientos en las comunidades indígenas, como en algún momento lo impulsaron con las zonas campesinas. Desde entonces, la cantidad de personas Emberá que participan en los torneos de fútbol se ha multiplicado.

Aurelio, quien tiene cerca de 800 niños a cargo, se ha convertido en el scout de los nuevos talentos de los Katíos dabeibanos. Desde su experiencia empírica y los aspectos técnicos que ha aprendido en algunas capacitaciones, impulsó a que seis niños de sus comunidades reforzaran el equipo indígena de Frontino, que participó en el Baby Fútbol 2025 en Medellín.

Además, en el equipo Sub-21 de Dabeiba, que participará en el Zonal de Occidente para las finales de los Juegos Departamentales, que se jugarán en la cancha de fútbol del municipio, habrá tres miembros de la comunidad Emberá que Majore ha entrenado en veredas como Llano Gordo (donde vive), Sever Taparales, Amparrado, Nutri Tascón, Mico Grande, Cheverito, entre otras.

El entrenador, quien manifiesta que quiere prepararse realizando un técnico o un tecnológico en educación física, sueña con seguir cambiándole la vida a las personas de su comunidad a través del fútbol y con que la participación de los equipos en torneos, tanto locales como regionales, se multiplique exponencialmente, como ha sucedido desde hace dos años y medio, cuando decidió caminar horas para entrenar, en canchas improvisadas, a los niños e inspirarles una felicidad que antes no conocían.

2
años y medio lleva Aurelio Majore entrenando a los menores Emberas de Dabeiba.
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