El mundo literario despide a Mario Vargas Llosa, uno de los escritores más destacados y considerado el último exponente del ‘Boom latinoamericano’ junto con Julio Cortázar (1914-1984), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Carlos Fuentes (1928-2012).
Este escritor peruano y premio nobel de literatura 2010 falleció el domingo 13 de abril de 2025, a sus 89 años, según se supo cuando su hijo, Álvaro Vargas Llosa, confirmó la noticia a través de redes sociales, en donde manifestó que los actos fúnebres serán de carácter privado.
“(...) No tendrá ninguna ceremonia pública. Nuestra madre, nuestros hijos y nosotros mismos confiamos en tener el espacio y la privacidad para despedirlo en familia y en paz”, escribió Llosa hijo en su cuenta de X (antes Twitter).
Vargas Llosa publicó un sin número de obras literarias como La casa verde, Travesuras de la niña mala, La ciudad y los perros, El hablador, El pez en el agua, entre otras. En 2020, en su última entrevista con la BBC, dijo que a él le gustaría que la muerte lo encontrara escribiendo.
“Lo que más me entristece de una persona es que se muera en vida... que pierda la curiosidad, las emociones y se ponga a esperar la muerte. Yo creo que una persona que se ponga a esperar la muerte, ya está muerta”, mencionó el escritor, haciendo énfasis en que la literatura le salvó la vida.
La lectura fue el punto de escape que dio sentido a la vida de Vargas Llosa, porque cuando leía sentía placer, se enriquecía su mundo y descubría historias que le hacían soñar.
“Leer es la actitud más humana que existe. Es lo que nos diferencia de los animales que están condenados a una limitación en sus vidas”, agregó.
El creador de la novela Cinco esquinas siempre tuvo presente que la imaginación es el alimento de la memoria, porque se construye a partir de experiencias vividas y recuerdos que estimulan al mismo cerebro.
“Nunca creo haber concebido una historia a partir de nada o por un simple movimiento de la imaginación. En mi caso, la creatividad no funciona así, porque el punto de partida es alguna experiencia vivida que me deja algunas imágenes y que se convierten en algo obsesivo”, señaló a la BBC.
Cuando Vargas Llosa recibió su galardón como premio Nobel de Literatura el 7 de diciembre de 2010, en Estocolmo (Suecia), mencionó en su discurso que “seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos inquietos e insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría. Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida”.