El martes 22 de abril a las 6:00 p. m., la pianista Ana María Orduz ofrecerá un concierto en el Teatro Universitario de la Universidad de Antioquia. Durante el recital, ella –cuya formación musical comenzó en el Instituto Musical Diego Echavarría, de Medellín, y continuó en las universidades de Memphis y Iowa– interpretará piezas de Claude Debussy, Gonzalo Vidal, Ignacio Cervantes, Ernesto Lecuona, Luis A. Calvo, Robert Schumann y Franz Liszt. La línea conceptual que une las obras es las vivencias del duelo y las etapas que se viven durante ese periodo singular de la vida humana.
Con una carrera que incluye presentaciones en Chile, Brasil, Panamá, Costa Rica, España, Italia, Malasia, Singapur y Estados Unidos, Ana María Orduz es una de las pianistas paisas que han recibido el relevo generacional de las maestras Teresita Gómez y Blanca Uribe. “Ellas han abierto puentes con el público y han sembrado en el imaginario colectivo la figura de la pianista activa y comprometida”, dice. Gracias a ese legado, el público de la ciudad tiene un gusto particular por la música clásica y el repertorio para piano, aunque ella reconoce que el reto sigue siendo llevar esta estética a la cotidianidad de más personas.
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Un concierto para transitar el duelo
El programa iniciará con una sección titulada Las de siempre, en la que Ana María interpretará dos piezas Claude Debussy: Bruyères - Pradera (No. 5) y Fuegos artificiales (No. 12). Luego, en la parte de Negación, tocará Marcha fúnebre de Gonzalo Vidal y El velorio de Ignacio Cervantes.
El momento de Rabia, Dolor, Tristeza y Depresión estará representado por la Chacona de Benjamín Warsaw y Campanas de Adolfo Mejía. En la sección de Aceptación, el programa incluye la Widmung - Dedicatoria de Robert Schumann en arreglo de Franz Liszt.
Finalmente, el bloque titulado Lo nuevo planteará un renacer, un regreso a la esperanza, con obras Malvaloca de Luis A. Calvo, Patas d’hilo de Carlos Vieco y Malagueña de Ernesto Lecuona, que cierran el recital.
“Escogí obras que puedan narrar los estados que uno atraviesa cuando vive un duelo. Es un programa muy personal que surge a raíz de un duelo que viví y entonces me inspiró a tratar de narrar con música estos estados”, dice la pianista, que ejerce la docencia en la Universidad de Antioquia y es la creadora de la fundación Pianissimo, entidad que promueve espacios culturales para los pianistas en formación, dinamiza el medio y la formación de públicos, según se lee en su página oficial.
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El relevo generacional
Al hablar de las generaciones que incursionan en el estudio del piano, Ana María cuenta que cada vez son más las personas que quieren ser músicos profesionales. “Veo muy positivo el panorama de las nuevas generaciones. Son muchos los que usan el piano para su oficio profesional, porque el piano es muy versátil, permite que uno pueda ser intérprete de repertorio solista, de repertorio de música de cámara, participar con una orquesta. También puedes trabajar en los diferentes espacios de la pedagogía de la producción”, dice.
De alguna forma, el recital de hoy será una prueba de ello.