De los 14 días que estuvo secuestrado, el niño Lyan Hortúa pasó por lo menos cuatro de ellos amarrado, a merced de los captores, según su padrastro Joshua Suárez.
“El niño nos está diciendo que duró cuatro días amarrado, esposado, humillado”, relató el familiar, que señaló que nunca recibió amenazas y desmintió tener deudas, aunque prefirió no hablar sobre una eventual extorsión.
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El padrastro del menor contó que el día del secuestro, el pasado 3 de mayo en su casa ubicada en el municipio de Jamundí, Valle, los secuestradores pasaron por tres porterías, se llevaron al niño y durante las siguientes horas la policía ni ninguna otra autoridad se apareció por su vivienda.
“Son tres porterías para ingresar a la unidad de nosotros y eso no pareció devastador, jamás en la vida pensamos que nos iban a llegar a nuestro hogar, donde más nos sentíamos seguros”, afirmó.
Sostuvo que el Gaula está investigando su caso, al tiempo que lamentó que la noche del secuestro de Lyan, de 11 años a quien sus captores se lo llevaron bajo amenazas con armas de fuego y apuntándole, “nunca llegó nadie a apoyarnos, nunca llegó nadie a decirnos que todo estaba bien, nos tocó defendernos a nosotros mismos”.
Suárez aseguró que es un comerciante de joyas con una trayectoria laboral de más de 10 años, sin problemas de ninguna índole.
Sostuvo que una de las opciones que está contemplando la familia es la de marcharse del país. “Estamos pensando en esa decisión”, afirmó.
Lyan fue liberado en la tarde de este miércoles, a través de la intermediación de funcionarios de la Defensoría del Pueblo, como lo confirmó la titular de ese despacho, Iris Marín, quien dio cuenta de la liberación.
Durante los días de cautiverio del niño se realizaron marchas, velatones y manifestaciones en distintas zonas del Valle del Cauca, exigiendo su liberación. La Alcaldía de Jamundí y la Gobernación del Valle ofrecieron hasta $300 millones de pesos por información que permitiera ubicar su paradero.
La familia del menor hizo reiterados llamados públicos para obtener su liberación. Angie Bonilla, madre de Lyan, manifestó que su hijo padece una condición médica pulmonar compleja y expresó temor por su salud durante el cautiverio.
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