La Alcaldía de Bogotá ha encontrado que reconocidos bares de zonas afluentes en la ciudad no cuentan con insonorización. ¿Qué está pasando y quién responde?
“Insonoricen, insonoricen”, aquella palabra era repetida una y otra vez por los vecinos de Chapinero Alto que viven cerca al bar Campus, en Bogotá. Los niveles de ruido del sector han afectado a decenas de familias que, cansadas de la inacción de las autoridades decidieron bloquear la vía para llamar la atención.
Ni siquiera la premura de los autos pitando pudieron mover a los indignados vecinos del sector, reconocido por tener varias ofertas de bares y fiestas. Este no es un problema aislado en la ciudad: entre enero y la última semana de julio de 2024, se reportaron 179,990 casos de denuncias por exceso de ruido. 94,806 de estas denuncias se hicieron a través de la línea de emergencia 123.
En ese mismo año, la Secretaría de Ambiente (SDA) sancionó a establecimientos comerciales e industriales con multas que sumaron $105.079.014 por exceder los límites de ruido permitidos. En ese momento, la Secretaría afirmó: “Estas acciones destacan el compromiso de la administración distrital por combatir uno de los problemas ambientales más sensibles para la ciudadanía: la contaminación auditiva”.
Sin embargo, el problema del exceso de ruido en la ciudad no ha parado. No son solo los vecinos de Chapinero Alto, también los del barrio Modelia, barrio San Luis y el barrio Galerías.
“Esto es lo deberíamos hacer en el barrio Modellia, bloquear las vías! TODOS los bares ilegales nos tienen jodidos con el ruido, el desorden...”, dijo César Andrés Martínez, vecino del lugar.
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“En el barrio Galerías, los vecinos poco a poco han sido desplazados por quienes no respetan la normativa para aislar el ruido. Basta de callar, todos merecen descansar”, agregó el ciudadano Marco Ramos, quien agregó que los vecinos del sector le han manifestado el problema a las autoridades y estas no han dado respuesta. Además, denunció negligencia por parte de la organización gremial Asobares. Aseguró que saben los problemas y “no les importa”.
No son quejas menores. La SDA admite que es un problema público. “Controlar el ruido no es solo una cuestión de tranquilidad, es también un tema de salud pública. Exceder los niveles permitidos afecta la convivencia y puede generar impactos negativos”, dijo Adriana Soto, secretaria de Ambiente.
Además, desde el Distrito admiten que es su competencia atender esta problemática, tal como lo establece la Ley 1801 de 2016 “por la cual se expide el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana”.
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Además, en Bogotá, el ruido excesivo no viene solo de los bares: también del tráfico y las construcciones. En Chapinero y Teusaquillo son constantes las llamadas por el ruido que ocasionan las obras del metro: empiezan a las 9:00 p.m. y terminan a las 4:00 a.m. “¿No hay otro horario?”, pregunta una ciudadana.
La contaminación auditiva es uno de los principales temas de discusión en el Concejo de Bogotá. En mayo, se realizó un avance en la implementación de la Ley Antirruido. De hecho, la sesión fue convocada y liderada por la concejal Cristina Calderón, y la alcaldesa Local de Chapinero, Alexandra Mejía Guzmán, presentó los avances de la estrategia pedagógica que se viene implementando en la localidad.
“En Chapinero no solo reconocemos la magnitud del problema, sino que también asumimos el compromiso de liderar desde el territorio soluciones innovadoras y sostenibles. Esta estrategia, que comprende la sensibilización, acompañamiento y sanción, no solamente es un llamado a cumplir la norma sino a la solidaridad y a pensar un mejor ambiente para todas y todos.”, señaló Guzmán.
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Entre las acciones destacadas se encuentran la implementación de operativos interinstitucionales en zonas críticas y la promoción de campañas pedagógicas en barrios residenciales y zonas de rumba. Además, hicieron un llamado al Gobierno Nacional para que establezca normativas concretas.
“Si bien la Ley 2450 ya es una realidad, es fundamental contar con una normativa clara y efectiva que ofrezca soluciones concretas y contribuya a proteger la salud de las y los chapinerunos, el medio ambiente y la armonía en las zonas más afectadas”; dijo la Alcaldía.
El 17 de mayo, dos establecimientos de la zona de rumba de la calle 84 fueron sellados durante los operativos de control al exceso de ruido en la localidad de Chapinero, liderados por el alcalde Carlos Fernando Galán y la SDA.
“Estamos imponiendo medidas preventivas con sellamiento a los establecimientos que no cumplan con las exigencias técnicas para mitigar el ruido. No pueden reabrir hasta que implementen las medidas requeridas”, dijo Soto.
Por el momento, Bogotá se encuentra entre las ciudades en el mundo que más produce ruido, al estar en un rango de 70 a 83 dB, siendo que el recomendado es de apenas 50dB, según estudios. La policía de Bogotá recomienda intentar mediar con los vecinos, en caso de que no haya respuesta o el caso sea muy grave, puede llamar al 123.
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