El secuestro de 57 militares, ocurrido el pasado fin de semana en Argelia, Cauca, desató una controversia nacional y generó un rechazo generalizado. Días después, en una operación calificada como impecable, las tropas fueron rescatadas y 16 personas, entre ellas varios menores de edad, resultaron capturadas. Sin embargo, horas más tarde, la Fiscalía ordenó su liberación.
El ente acusador explicó que fue necesario declarar ilegal el procedimiento de captura.
“No se cumplieron los requisitos legales” informó un fiscal de la Seccional Cauca quien señaló que para mantener a estas personas “privadas de la libertad” no había suficientes pruebas para llevarlas ante un juez. Entre los detenidos y puestos en libertad están tres menores de edad quienes quedaron a disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
“El control de legalidad previo que le corresponde realizar a la Fiscalía General de la Nación no permitió establecer las circunstancias exactas de modo, tiempo y lugar necesarias para sustentar que las 16 personas capturadas fueron efectivamente sorprendidas en flagrancia”, precisó la Fiscalía, al entregar los motivos para justificar la libertad.
Pese a que se les otorgó libertad, las 16 personas seguirán ligadas a la investigación que busca establecer las razones por las cuales los pobladores de esa región del país, azotada por la violencia de los grupos armados ilegales, retuvieron el fin de semana a los uniformados.
Siga leyendo: Tropa resistió 183 ataques de dron en El Plateado
Así fue el secuestro y la liberación de los militares
El secuestro de los uniformados ocurrió el pasado 21 de junio cuando fueron rodeados en el sector rural La Hacienda en medio de una asonada instigada por el frente Carlos Patiño del Estado Mayor Central (EMC), la disidencia de las Farc que comanda Néstor Gregorio Vera (“Iván Mordisco”).
Los uniformados fueron retenidos en un coliseo, y su custodia quedó a cargo de unas 200 personas con machetes, palos y armas artesanales.
El rescate se llevó a cabo dos días después. El asalto fue protagonizado por 658 uniformados, entre los cuales había 450 militares, 171 policías y 37 agentes del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía. Al frente de la maniobra estuvo el coronel Jhon Edwin Solarte, comandante del Gaula Militar de Cauca.
Al llegar al lugar. Los secuestradores no tuvieron cómo reaccionar, y al verse copados por todas las direcciones emprendieron la huida. Desde el centro de mando, el general Federico Mejía, comandante de la Tercera División, dio instrucción a los militares para que capturaran en flagrancia a los delincuentes; incluso algunos de los soldados liberados se unieron a la persecución.