“Claro que quiero (ser inolvidable). Pero una cosa es querer y otra poder. Claro que quiero (que me recuerden) y lo intento”. En una entrevista que se extendió por más dos horas con el periodista Daniel Coronell, el presidente Gustavo Petro reconoció sin ambages que –como cualquier político–, busca dejar su propio legado e impronta en la Presidencia. Y, sin duda, sus decisiones y lo que haga en los próximos días frente a la relación de Colombia con Estados Unidos será de profunda recordación.
En la que ha sido la crisis de mayor calado entre ambas naciones durante los nueve meses de Presidencia de Donald Trump, el mandatario colombiano subió el tono y, aunque en principio, quiso ser mesurado, le subió los decibeles al conflicto diplomático y económico con el principal aliado de Colombia.
Por ello, Petro llegó a declarar que el Tratado de Libre Comercio (TLC) con el país norteamericano quedaba “suspendido de facto”. Lo anterior, tras la decisión de Washington de imponer aranceles del 10% a las exportaciones colombianas y luego de que acusó al mandatario colombiano de liderar y promover el narcotráfico.
En principio –en medio de una tensión que ha venido subiendo como espuma desde el fin de semana–, Petro se mostró conciliador y este lunes le propuso a Trump quitar aranceles a la producción agropecuaria y agroindustrial de Colombia, buscando con ello hacer frente a los cultivos de uso ilícito y “para que el campesinado pase a tierras fértiles”.
Inclusive, instó a legalizar la exportación de cannabis “como cualquier bien” y “estudiar científicamente si es necesaria la prohibición o más bien, el consumo responsable y regulado por el Estado”.
Sin embargo –mientras en Estados Unidos el asesor económico de Trump, Kevin Hassett, confirmaba que no estaban contemplando anuncios “inminentes” de aranceles–, Petro arreció y atizó el fuego al dejar en veremos el TLC. Previamente, llamó a consultas al embajador Daniel García-Peña.
“El TLC está suspendido por decisión unilateral del gobierno estadounidense. Al poner aranceles del 10%, ya se violó el tratado. Se rompieron las preferencias arancelarias”.
Expertos como María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCha), aclararon que el tratado sigue vigente y los aranceles son “un recargo adicional”. No obstante, el tono de Petro evidencia que, lejos de ceder, buscará llegar hasta las últimas consecuencias en su disputa con Estados Unidos. En juego está nada menos que la relación comercial con el país que recibe casi una tercera parte (30,3 %) de las ventas externas totales de Colombia.
“No me asustan las amenazas, soy un sobreviviente que se mueve rápido”, le dijo Petro al periodista Daniel Coronell. “No voy a conceder, voy a exigir. Colombia ya concedió todo, no tiene que conceder más (...) Con el TLC nos hicieron trampa”, agregó el jefe de Estado que, cargado de simbolismos, apareció en la entrevista con la bandera de guerra a muerte como pin de ropa.
El mandatario no se guardó nada contra Trump. Advirtió que “no se puede obedecer a un tirano; lo llamó “señor arancel”; aseguró que hay “monstruos que quieren acabar la libertad”; sostuvo que al mandatario estadounidense “no le gustan los hombres porque él quiere ser rey”, y hasta responsabilizó a los “gringos” de ser los causantes de la migración de Venezuela, mientras evadía preguntas alrededor de la responsabilidad e incluso legitimidad del régimen de Nicolás Maduro.
Semejante coyuntura da pie para un interrogante inmediato: ¿hay modo de apaciguar los ánimos y buscar la defensa con el socio responsable del 26 % de las exportaciones de Colombia? “Petro ha venido buscando eso, un enfrentamiento con Trump. Todos sus discursos muy agresivos contra Estados Unidos buscan que lo pongan a él de mártir”, advirtió el expresidente Juan Manuel Santos.
“El creciente dominio de la economía ilícita (...) nos crea un gran problema internacional que empieza con los Estados Unidos y se irá ampliando a toda la comunidad de países”, señaló a su turno el expresidente Álvaro Uribe.
Para expertos como el politólogo e internacionalista Manuel Camilo González, si las misiones diplomáticas de ambos países “se apresuran a establecer comunicaciones claras, sin interferencias de los mandatarios, aislando la diplomacia de redes sociales, y se abren a un compromiso público como un memorándum de entendimiento pueden colocar ciertos pilares para relanzar la relación”.
El derrotero de lo que venga para la relación, por supuesto, está en manos de ambos mandatarios. Por el lado de Petro, que al cierre de esta edición seguía reunido con John McNamara, encargado de negocios de Estados Unidos en Colombia, el presagio no es optimista.
Aseguró que los aranceles solo afectarán al 8 % de las exportaciones, “no se lo van a poner ni al petroleo ni al carbón, porque son adictos a la gasolina, junto a la cocaína”, dijo. ¿Qué tanto afectará esa postura a ambas naciones?
La solución es cambiar a Trump o sino sacarlo, dijo Gustavo Petro
El periodista Daniel Coronell, director del canal Univisión, entrevistó ayer a las 4:00 de la tarde, durante 2 horas y seis minutos, al presidente Gustavo Petro, en lo que por momentos parecía una larga alocución de las que acostumbra el mandatario colombiano.
Unos minutos después de terminar la transmisión, en su cuenta de X, el periodista escribió: “Me voy más preocupado de lo que llegué”.
No está claro si lo dijo por la manera en la que Petro se extendía en respuestas históricas para responder preguntas concretas del presente, o si porque cuando le preguntó qué iba a hacer para solucionar la crisis con Estados Unidos su respuesta fue: “Cambiar a Trump”. Aunque la cita fue más enredada y críptica: “La humanidad tiene una primera salida y es cambiar a Trump, de diversas maneras, puede ser por el mismo Trump, la más fácil. Sino, sacar a Trump”.
Petro desplegó una serie de frases polémicas, utilizó palabras como “idiota” o “estúpido” para referirse a otras personas, y también expuso su interés en pasar a la historia: “Claro que quiero ser inolvidable”, le dijo a Coronell.
Aprovechó para llamar al presidente Donald Trump como “el señor arancel”, calificó a la premio Nobel de Paz, María Corina Machado, como “despreciable”, y alegó hasta el cansancio, mostrando un mapa en un folleto, que la ONU se había equivocado en las cuentas de la coca de Colombia.
“Maduro no ha invitado a invadir su país. Para mí es una persona despreciable que le invita a invadir su propio país. Traidor. Punto”, anotó Petro refiriéndose a María Corina Machado y las ayudas que ha pedido a diferentes gobierno del mundo para salvar la democracia de Venezuela, al tiempo que apoyó al dictador Nicolás Maduro.
Por otro lado, el presidente de la República volvió a su revisionismo de la historia y la utilizó para responder a preguntas sobre la relación con Trump para las que no tenía una salida pragmática: “Yo estoy en el siglo XXI, pero algunos creen que se pueden volver reyes y virreyes. Y en repúblicas no es posible, ya lo dijimos, aquí se le corta la cabeza a los reyes si llegan con actitud de rey. No tenemos pena de muerte, pero lo digo figuradamente. No se obedecen los reyes”.