El viernes 13 de junio, el Ministerio de Hacienda presentará la actualización del Plan Financiero correspondiente a 2025. Uno de los mayores retos que tendrá el Gobierno para lo restante del año será el equilibrio de las finanzas de la Nación, fruto de la caída en la cotización internacional del Brent.
Pese al mensaje del gobierno actual de frenar los proyectos de exploración y desarrollo de hidrocarburos en pro de la transición energética, las actividades extractivas se siguen constituyendo como el motor de la economía colombiana, con el agro y el comercio siguiéndolas de cerca.
En 2024, las exportaciones de hidrocarburos le dejaron a la Nación US$15.024 millones, de acuerdo con los cálculos de Campetrol. Durante la presentación del Plan Financiero de 2025, el gobierno hizo cuentas con una cotización internacional del barril de referencia Brent en US$74,3. Sin embargo, hasta el cuatro de junio, el precio se ubica en US$65,4, casi US$10 menos que en el segundo mes del año.
Un escenario similar ya se vivió en abril de este año cuando, ante la reacción de los mercados internacionales por el muro arancelario impuesto por Estados Unidos y el anuncio de la Opep+ de anunciar la producción de hidrocarburos, se provocó una caída en la cotización del barril, que rozó US$60 y que ha venido oscilando en el rango de US$64 y US$66 desde entonces.
En su momento, José Ignacio López, presidente de Anif, sugirió que por cada dólar que cayera el Brent, los ingresos fiscales de la Nación se verían reducidos en entre $230.000 millones y $300.000 millones, por lo que si el Brent cerrara con la cotización actual, el Estado habría dejado de percibir entre $2,3 billones y $3 billones por este concepto; significarían una caída en los ingresos del petróleo de hasta 25%, pues se esperaban que entraran $12 billones este año por las actividades extractivas.
“Esta caída afecta directamente los ingresos petroleros, especialmente los dividendos de Ecopetrol y las regalías”, explico Jhon Torres, docente de la Uniagustiniana y jefe de investigaciones económicas de Native Capital Management, quien cree que la pérdida por cada dólar menos en el que se cotice el Brent, podría derivar en pérdidas de hasta $500.000 millones.
Desde el inicio del año, tanto analistas como los distintos centros de pensamiento han resaltado que la meta de 2025 se debería centrar en la mejora del recaudo tributario a la par del cumplimiento de la regla fiscal.
Aunque 2023 representó el mejor año para el recaudo tributario como porcentaje del PIB (17,7), en 2024 cayó tres puntos porcentuales hasta 14,7%. Desde el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana se resaltó que el bajo recaudo por concepto de impuestos no es algo que solo se evidenció el año pasado. Comentaron que es la consecuencia de una estimación “demasiado optimista desde la planeación inicial del presupuesto”.
Sobre el impacto en el déficit fiscal, el Observatorio Fiscal de la Javeriana considera que cerrará 2025 en 60,6% del Producto Interno Bruto del país, por lo que recomiendan “una planeación fiscal más realista y basada en proyecciones de ingreso creíbles para evitar situaciones como la de 2024. La transparencia en la contabilidad fiscal es fundamental para restaurar la confianza de los inversionistas y evitar un deterioro en la percepción internacional sobre la estabilidad económica de Colombia”.