Por primera vez se estudió la microcapa superficial del mar —una delgada película invisible que cubre los océanos— en un estuario tropical. El trabajo se realizó en el Golfo de Urabá por estudiantes y docentes de Oceanografía de la Universidad de Antioquia (UdeA) y científicos de la Universidad de Oldenburg, en Alemania. Sus resultados abren nuevas pistas sobre el rol del océano en el calentamiento global.
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El hallazgo principal del estudio fue que esta microcapa, rica en surfactantes —compuestos con propiedades tensioactivas—, puede disminuir en hasta un 23 % el intercambio de gases entre el océano y la atmósfera, entre ellos el dióxido de carbono (CO₂). Esta interferencia altera los flujos del ciclo del carbono y podría aumentar la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
La microcapa superficial marina (SML, por su sigla en inglés) tiene un espesor inferior a un milímetro y, pese a su tamaño, desempeña un papel fundamental en la regulación climática. En el Golfo de Urabá, los investigadores hallaron que más del 80 % de los datos obtenidos superaban el umbral que indica alta actividad superficial, lo que sugiere una barrera física relevante para los ciclos biogeoquímicos marinos.
“Los surfactantes pueden reducir el intercambio gaseoso entre el océano y la atmósfera, lo cual afecta el flujo de gases como el CO₂, que es clave en los procesos de regulación climática”, explicó Mariana Ribas Ribas, oceanógrafa química de la Universidad de Oldenburg.
La investigación, publicada en la revista Estuarine, Coastal and Shelf Science, reveló que la presencia de estos compuestos es tres o cuatro veces mayor en el Golfo de Urabá que en mar abierto. Según Lennin Flórez Leiva, coordinador del Grupo de Investigación Océanos, Clima y Ambiente —OCA—, adscrito al Instituto de Ciencias del Mar de la UdeA, el río Atrato es la principal fuente de surfactantes en el área, lo que sugiere un vínculo entre los procesos continentales y marinos en esta región.
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Además del componente científico, el proyecto fue una plataforma de formación para jóvenes investigadores. Karen Moreno Polo y Diomer Tobón Monsalve, recién egresados del pregrado en Oceanografía, lideraron parte del trabajo de campo y análisis. “Cuando vi que el tema estaba vinculado al ciclo del carbono, supe que tenía mucho potencial”, afirmó Moreno Polo. Para Tobón Monsalve, estudiar la microcapa es clave para entender procesos que antes no se incluían en los modelos climáticos.
Aún persisten interrogantes sobre el origen de los surfactantes: si son naturales, producto de la actividad biológica o resultado de la intervención humana. También se desconoce el comportamiento de esta microcapa frente a las capas más profundas del océano.
El profesor Flórez subrayó que el éxito del proyecto fue posible gracias al esfuerzo conjunto del equipo local y el acompañamiento europeo. “El compromiso de los estudiantes fue ejemplar”, sostuvo.
Como destacó Ribas, es urgente investigar más sobre estos sistemas costeros subrepresentados, ya que comprender mejor el papel de los surfactantes en el Golfo de Urabá nos permitirá mejorar las estimaciones sobre el carbono y su impacto climático global.
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Además de Moreno, Tobón, Ribas y Flórez, en la investigación participaron los científicos Carola Lehners, Oliver Wurl, de la Universidad de Oldenburg, y Wilberto Pacheco, del grupo OCA de la Universidad de Antioquia.