Probablemente no sea la primera vez que escucha el nombre de Brandon Stiven Loaiza Colpas. Su nombre apareció en una larga lista de colombianos que fueron acusados por las autoridades de El Salvador de ser “gota a gota”. Fue en febrero de 2023, y hoy, casi dos años después, su madre, Claudia Marcela Colpas, sigue sin tener respuestas certeras por parte de la nación centroamericana. Mientras tanto, insiste en la inocencia de su hijo.
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A finales de 2022, Brandon evidenció como las redes sociales eran invadidas por el anuncio del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, invitando a los colombianos trabajadores a ir a su país. La prensa lo presentaba como “una gran oportunidad”, pues se ofrecían 5.000 pasaportes gratis.
Él tenía un sueño: mejorar la calidad de vida de su familia. Cuando le contó a su mamá que quería irse le dijo: “por favor, no me cortes las alas”, mientras le narraba los sueños de construir un mejor hogar para ambos. Y es que, desde pequeño, el joven Brandon se dedicó al estudio y al trabajo.
A los 13 años consiguió empleo en una cancha de tenis, recogiendo pelotas. Mientras tanto, siguió estudiando, y cuando se graduó del bachillerato fue contratado en el Club del Comercio de Pereira como operador de maquinaria. Pero ganaba muy poco. Al ser el hermano mayor de la familia, y ser huérfano de padre, Brandon cargaba con un alto sentido de responsabilidad.
En entrevista con Baudo, Claudia Marcela Colpas, su madre, recordó los últimos días que pudo pasar con su hijo. “Yo le decía: dígame qué necesita. Él me contestó: que me eche la bendición. Yo le decía que nosotros nunca nos habíamos separado”. Después de eso, Brandon arregló en viaje en menos de un mes. Antes de irse le dijo a Claudia: “yo la quiero sacar a usted de trabajar”.
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Brandon tenía la ilusión de ganar en dólares e invertir en bitcoin, esas dos cosas le permitirían triplicar (o más) lo que ganaba en Colombia. Sin embargo, uno de los días en los que se transportaba en su moto por las calles del país centroamericano, Brandon tuvo un accidente. La mujer que lo chocó le pidió disculpas y pagó los daños, sin embargo, aunque la mujer pudo dejar la estación de policía luego de solucionar el pleito, él no pudo.
Le pidieron su pasaporte, lo observaron y dijeron que estaba detenido por “ser parte de la mara salvatrucha”. A partir de allí desapareció por 15 días, sin poder contactar a su familia. Hoy, más de dos años después, no ha tenido acceso a un juicio o a una defensa. Él no es el único, hay 140 colombianos pasando por lo mismo.
La abogada que lleva el caso de Brandon en El Salvador le dijo a Claudia que los jóvenes fueron apresados sin orden de captura, sin antecedentes penales, sin investigación previa y sin ninguna prueba.
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La Cancillería colombiana ha hecho gestiones para trasladar a los nacionales aquí, a su tierra. Sin embargo, no han recibido respuestas de las autoridades de El Salvador. La directora de la ONG Socorro Jurídico Humanitario, de El Salvador, quien está ayudando a las familias de los detenidos, explicó que hay en total 20.000 personas presas que son inocentes.
Mientras tanto, Claudia recuerda a su hijo: “Ha sido muy duro. Al principio yo no dormía ni comía. Me di cuenta de que salió de su ciudad natal con una maleta llena de sueños y se los mataron. Yo estoy muerta en vida, me hace falta un pedacito de mí, mi hijo”, expresó. Su caso sigue con más preguntas que respuestas.
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