Tras la primera fecha, los representantes de Conmebol han conseguido resultados positivos. Algunos, ante rivales de categoría del Viejo Continente.
El Mundial de Clubes en Estados Unidos con un renovado formato de 32 equipos, dejó en su primera fecha un dato contundente: los representantes de la Conmebol mantienen su invicto, demostrando que el fútbol sudamericano está a la altura de las potencias globales.
Los seis equipos sudamericanos; Palmeiras, Boca Juniors, Fluminense, Flamengo, Botafogo y River Plate, sumaron resultados positivos en sus respectivos debuts.
El Botafogo brasileño venció 2-1 al Seattle Sounders (MLS) en el grupo B, mostrando jerarquía como vigente campeón de la Libertadores. Flamengo hizo lo propio (2-0) ante el Esperance africano en el grupo D, con un partido sólido y controlado.
Fluminense igualó 0-0 con el Borussia Dortmund en el grupo F, con un rendimiento destacado que incluyó 14 situaciones de gol, mientras que Palmeiras dominó a Porto pero no pudo concretar, cerrando también con un empate sin goles en el grupo A.
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“Nos hizo falta tranquilidad para definir y que pudiéramos salir con la victoria. Respetamos a nuestro rival, pero jugamos todo el tiempo hacia adelante”, dijo el orientador del “Flu”, Renato Portaluppi.
Por su parte, River Plate debutó con un contundente 3-1 ante Urawa Red Diamonds (Japón) en el grupo E, con goles de Facundo Colidio, Sebastián Driussi y Maximiliano Meza.
Boca Juniors protagonizó uno de los partidos más dinámicos hasta ahora: lideró 2-0 ante el Benfica de Portugal en el grupo C, pero terminó empatando 2-2 en un final agitado.
¿Por qué resalta este invicto?
Primero, por los rivales de peso. Los sudamericanos no solo enfrentaron a equipos “asequibles”. Benfica, Borussia Dortmund y Porto son clubes con experiencia en torneos internacionales, lo que hace más valiosos los resultados.
Asimismo, demostraron variedad de estilos, desde el juego posesivo de equipos como Fluminense y Flamengo, hasta la contundencia de River, la Conmebol mostró adaptabilidad.
Además, todo el contexto previo aumentaba las expectativas, pues antes del torneo, se especulaba sobre una brecha entre Europa y Sudamérica. Esta primera jornada desmintió ese prejuicio.
