El Mundial de Clubes que se disputa en Estados Unidos hasta el 13 de julio ha marcado un antes y un después en la historia del fútbol internacional. Con un formato expandido a 32 equipos y 63 partidos, el torneo se perfila, a priori, para ser un espectáculo sin precedentes, aunque no ha estado exento de críticas.
Altas eran las expectativas antes del inicio de la competición, justamente por la nueva configuración, los clubes participantes, los premios a repartirse y todo el trasfondo político que también estuvo presente.
Como toda nueva creación, fue tomada con pinzas y analizada con lupa por todo el mundo del balompié, evaluando los beneficios que podría traer para los involucrados o las sombras que generaría en medio de su realización.
Formato ambicioso y global
Uno de los aspectos a resaltar de este Mundial de Clubes es su nuevo formato. Por primera vez, el torneo reúne a clubes de las seis confederaciones de la FIFA en un esquema similar al de un Mundial de selecciones, lo que ofrece a los equipos menos conocidos la oportunidad de competir a nivel global, aumentando su visibilidad y el alcance del fútbol en todo el mundo.
Sin embargo, este cambio también ha sido objeto de críticas, ya que, según muchos aficionados y analistas, equipos como el Auckland City de Nueva Zelanda (semiprofesional), entre otros, le “bajan la calidad” a la competencia.
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La FIFA repartirá mil millones de dólares en premios, con hasta 125 millones para el campeón (en caso de que sea europeo). Los clubes recibirán entre 3,5 y 38 millones solo por participar, aumentando sus ingresos, incentivando la competitividad y contribuyendo al desarrollo global del fútbol en la formación de jugadores y entrenadores.
Además, el torneo generará beneficios económicos para las ciudades sede y para la industria del deporte en general, gracias a la creación de empleos y a la inversión en infraestructura.
Impacto tecnológico y turístico
Entre las novedades del Mundial destacan las cámaras corporales que portan los árbitros, que ofrecen perspectivas únicas —aunque excluyen jugadas polémicas—, pantallas gigantes en los estadios que impulsan la transparencia en las revisiones del VAR, la reducción en los tiempos de decisión y la tecnología del fuera de juego semiautomático, que combina inteligencia artificial y sensores para mayor precisión.
Por otro lado, a pesar de las tensiones políticas en Estados Unidos, se espera que el evento atraiga a 3,7 millones de turistas y genere unos 9.600 millones de dólares para la economía local, además de servir como ensayo para la Copa del Mundo de 2026.
Grandes estrellas en cancha
Este tipo de torneos permite reunir a los mejores futbolistas del mundo en una misma competencia.
Estrellas como Lionel Messi, Erling Haaland, Vinícius Júnior, Kylian Mbappé y Harry Kane, entre muchos otros, logran captar la atención del planeta entero, aumentando también el alcance del deporte. El sueño de muchos hinchas, y la mayor motivación para asistir a los estadios, es la posibilidad de ver a sus ídolos en vivo y en directo.
Varios debates sobre la mesa
Son varias las discusiones que han surgido alrededor del Mundial de Clubes, como la asistencia a los estadios y la saturación del calendario. Tal vez en la gran mayoría de los partidos que se han disputado se ha visto una baja afluencia de público, lo que para muchos refleja el poco interés que genera el torneo.
Otros, en cambio, creen que, dadas las condiciones actuales —la distancia para muchos, el clima o los costos—, la asistencia ha sido acorde y que no se han visto estadios excesivamente vacíos.
En cuanto al calendario, se ha advertido que, ante la cantidad de partidos programados a lo largo de la temporada, el rendimiento de los futbolistas ha disminuido y, por ello, la calidad de los encuentros no ha sido la esperada.
