La final de ida entre Santa Fe e Independiente Medellín sorprendió a muchos por un detalle poco común en el fútbol colombiano: la ausencia de polémicas arbitrales y la nula intervención del VAR. En un duelo vibrante disputado en El Campín, el 0-0 dejó todo abierto para la vuelta, pero también encendió la discusión en las tribunas y en los pasillos del estadio.
Lejos de reclamar por decisiones del juez central o jugadas discutidas, la molestia de la hinchada cardenal se centró en las recurrentes demoras en el juego, en especial por parte del arquero del DIM, Washington Aguerre, quien fue señalado por alargar los tiempos de reposición. A esto se sumaron los constantes ingresos del cuerpo médico del equipo visitante, lo que contribuyó a cortar el ritmo del encuentro.
El delantero Hugo Rodallega, líder y referente de Santa Fe, se refirió con mesura al respecto. En zona mixta, el experimentado atacante dejó claro que esta clase de estrategias forman parte del juego, más aún en una final y con un equipo visitante tratando de sacar ventaja del desespero del local.
“Para mí es normal. Yo creo que eso es parte del fútbol. Hoy en día salir a decir que Medellín quema tiempo sería porque nosotros también allá vamos a manejar un poco el tiempo, el ritmo”, declaró Rodallega. “Ellos pensaron que bajando el ritmo al partido podrían jugar con el desespero de nosotros. Eso hace parte del fútbol”.
Lejos de enfocarse en la queja, Rodallega prefirió volcar la mirada hacia lo que viene. Con la cabeza puesta en el duelo definitivo que se jugará en el Atanasio Girardot, el delantero confía en el trabajo táctico que puedan desarrollar en estos días para revertir el empate sin goles.
“Vamos con la cabeza puesta en que el domingo lo vamos a lograr”, afirmó con determinación. “Son cosas que tenemos que corregir. Vamos a analizar, a ver de nuevo el partido, lo que tenemos que hacer para contrarrestar esos ataques del Medellín que son muy buenos. Hoy dimos mucha ventaja”.
El ariete fue autocrítico y reconoció que Santa Fe dejó espacios importantes que pudieron costar caro. “Ellos tuvieron mano a mano, jugadas prácticamente que son goles hechos, pero al final nos vamos tranquilos porque es un 0-0 y el partido está abierto”.
Con esa reflexión, Rodallega resume el sentimiento de un equipo que sabe que, aunque no logró imponer su localía, mantiene intactas sus opciones de alcanzar la gloria. La final sigue viva, y ahora el reto será mayor: ir a Medellín y conquistar un título en patio ajeno. Pero con la experiencia de figuras como él, el sueño cardenal sigue más latente que nunca.