El 2-2 entre el Deportivo Independiente Medellín (DIM) y Palestino en la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana fue mucho más que un simple marcador. Fue el primer capítulo de una nueva era bajo la dirección de Alejandro Restrepo, un técnico que llegó con ideas frescas y un enfoque que, en apenas siete u ocho días, comenzó a darle un matiz diferente al equipo. Comparar este debut con el estilo que había imprimido Alfredo Arias al equipo ofrece una mirada a las diferencias en filosofía, ejecución y, potencialmente, en lo que podría ser el futuro del DIM.
Restrepo asumió el reto con la confianza y la convicción de alguien que sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. Tras el partido, sus palabras fueron claras: “Llevamos en el cargo 7 u 8 días y este equipo mostró resiliencia, competitividad”. El entrenador agregó que no es fácil enfrentarse a un rival que ha demostrado su valía en la Copa Libertadores, especialmente uno que ha vencido a equipos del calibre de Flamengo y Millonarios, pero aún así, el DIM logró empatar, mostrando signos de lo que él pretende construir.
El enfoque de Restrepo ya empezó a manifestarse. Según el exdelantero del DIM, Carlos Castro, la diferencia más evidente fue la directriz hacia un juego más directo y vertical. “El primer tiempo fue muy bueno y con un DIM decidido a ir al ataque, en cambio el del profe Arias era un poquito más paciente y con mayor posesión, este es más vertiginoso”, comentó Castro, reflejando un cambio palpable en la dinámica del equipo. Con Restrepo, la idea es clara: menos elaboración, más contundencia. Mientras Arias prefería la posesión, construyendo las jugadas con paciencia y control, Restrepo parece inclinado hacia un fútbol más agresivo, buscando el arco rival con rapidez y determinación.
Este enfoque también se tradujo en la manera en que el equipo reaccionaba sin balón. Pedro “Campero” Álvarez, exvolante del DIM, señaló un aspecto crucial: la agresividad en la recuperación. “El equipo perdía el balón y rápidamente buscaba recuperarlo con varios hombres”, afirmó. Esta intensidad en la presión alta es un sello distintivo de los equipos de Restrepo, un cambio significativo respecto a la era Arias, donde la tendencia era más de replegarse y esperar en el área propia. Este cambio puede resultar en una mayor solidez defensiva, pero, como advirtió Álvarez, también requiere un estado físico impecable para mantener la presión durante la mayor parte del partido.
Un ejemplo claro de esta transformación fue el rol de Baldomero Perlaza, quien, bajo la dirección de Arias, parecía perdido en sus funciones dentro del campo. Con Restrepo, sin embargo, recuperó su confianza y se mostró más participativo y suelto, recordando el nivel que exhibió bajo las órdenes del mismo técnico en Atlético Nacional.
Restrepo no es ajeno a la presión ni a las expectativas. Ha demostrado que su enfoque es trabajar con lo que tiene y maximizar el potencial de sus jugadores. “Hay matices que hemos querido agregar”, comentó, subrayando que aunque el tiempo de trabajo ha sido corto, la disposición del equipo para adaptarse ha sido admirable. No obstante, también reconoció que queda mucho por ajustar y perfeccionar.
La pregunta es si este estilo más directo y agresivo será capaz de superar la estabilidad y control que ofrecía Arias. Los resultados y el tiempo lo dirán, pero lo que es indiscutible es que Restrepo ha comenzado a dejar su huella. Su primer partido al frente del equipo mostró destellos de lo que puede venir: un Medellín más combativo, con un hambre insaciable de victorias.