Jim Caviezel no solo interpretó a Jesús en La Pasión de Cristo. También lo vivió en carne propia. Literalmente.
Durante una entrevista en el pódcast de Shawn Ryan, el actor recordó que mientras rodaba la famosa escena de la crucifixión fue alcanzado por un rayo frente a un equipo de más de 300 personas.
“Sentí una succión en el aire... y de repente me vi saliendo de mi cuerpo”, narró Caviezel. El impacto fue tan fuerte que lo llevó directamente al quirófano, donde necesitaría dos cirugías a corazón abierto: una en Stanford y otra años después en la Clínica Cleveland.
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“Morí en la mesa de operaciones”, reveló el actor, con una mezcla de mística y sencillez. “Pero me trajeron de vuelta. Sentí una paz increíble. Supe que debía quedarme. Que aún tenía una misión”.
La secuela: más ambiciosa, más espiritual, más intensa
Ahora, Caviezel se alista para volver a interpretar a Jesús en la esperada secuela dirigida nuevamente por Mel Gibson: The Resurrection of the Christ, que empezará a rodarse este agosto en Roma y apunta a estrenarse en 2026.
Gibson ya avisó: “Esto no es una historia lineal, es casi un viaje sci-fi entre pasado, futuro y otras dimensiones”.
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El guion está terminado y el reparto listo. Incluso Caviezel será digitalmente rejuvenecido para parecerse al Jesús de 33 años.
Pero para él, este regreso es más que un papel. “No voy a interpretar a Jesús. Necesito que Él me interprete a mí”, dijo Caviezel, quien ahora vive su preparación como una cruzada personal.
Ayuno, Rosario, Eucaristía diaria y hasta la relectura de Cartas del diablo a su sobrino de C.S. Lewis forman parte de su entrenamiento espiritual.
“El primero casi me mata. Pero estoy listo otra vez”
Durante la charla, Caviezel soltó varias frases intensas y sin filtro. “Me dispararon fuera de mi cuerpo... los vi tratando de revivirme”, dijo sobre el rayo. Terminó la primera película con pulmones llenos de líquido, infecciones y un corazón colapsado.
Y sin embargo, cuando Gibson lo llamó para el nuevo proyecto, su respuesta fue inmediata: “Estás buscando a Jesús, ¿verdad? Estoy dentro”.
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Esta vez, dice, espera vivir la experiencia con más calma. “La anterior me sobrepasó. Esta quiero disfrutarla”. Pero el miedo no se ha ido. “Si no estuviera asustado, no sería el actor adecuado”.
Una cruz personal... y profesional
Cuando hizo La Pasión, Gibson le advirtió: “Si haces esta película, puede que no trabajes más en Hollywood”. Y en buena parte, así fue. Caviezel quedó fuera del circuito comercial durante años.
Pero hoy lo ve como parte del plan. “No sabía qué era la transubstanciación. Ahora lo sé. Y le pedí a Jesús que se mostrara al mundo a través de mí. Y Él me dijo: ‘No tengo a nadie más’”.
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Así que aquí está, dos décadas después, con cicatrices físicas y emocionales, pero también con una convicción inquebrantable. “Este mundo no amó La Pasión, y eso es una buena señal. Significa que hicimos bien nuestro trabajo”.