Durante el conversatorio Voces de Colores, organizado el miércoles por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ACDI/VOCA y EL COLOMBIANO, la artista drag queen Aquarella fue nombrada nueva embajadora del Programa Jóvenes Resilientes de Usaid en Colombia.
Detrás de este personaje está Arturo Martínez, de 26 años. De ahora en adelante, se convertirá en un referente de las juventudes diversas del país. A través de su trabajo encontrarán un reconocimiento y comprensión de las orientaciones sexuales e identidades de género.
“Es una de las cosas más importantes que he logrado hacer con mi drag, me pone algo nostálgico, porque demuestro que puedo ser grande sin tener que haber estudiado una profesión que dé plata. Esto me llena de mucho orgullo, porque hubo un momento en mi vida que ni mi familia creyó en mí”, dijo Aquarella.
Una de sus funciones será hablar sobre este programa en las redes sociales para que los jóvenes se animen a hacer parte de los proyectos de Usaid, además eventualmente asistirá a algunos eventos en las regiones del país.
Precisamente, en su intervención en el conversatorio, Aquarella hizo la invitación a convertirse en “personas seguras”. Eso se traduce en escuchar quien necesita compartir sus experiencias y “demostrarles que no están solas”.
Por su parte, Robert Works, subdirector de la Oficina de Construcción de Paz y Gobernabilidad de Usaid Colombia, explicó que la gente tiene que ver las caras de la comunidad, esos referentes.
“No nos podemos conformar con el progreso que hemos tenido, hay que luchar por más. Aquarella es un referente para los jóvenes, en ella vemos que cada persona puede vivir con dignidad, en paz, expresarse como quiera”, dijo.
La artista se suma a este programa del que también hacen parte el cantante Andrés Cepeda (embajador para las familias), el futbolista Juan Guillermo Cuadrado, la futbolista Linda Caicedo, el jugador de baloncesto Juan Diego Tello Palacios, entre otras personalidades que son importantes para sus comunidades.
Martínez es artista drag desde hace cinco años. Sus días, por lo general, transcurren entre shows, grabación de contenidos para las redes sociales, entrevistas y conversatorios. Cuando no está “trepada” está en casa y aprovecha para leer: su escritor favorito es Mario Mendoza.
“Empecé haciendo drag gracias a una reina de RuPaul’s Drag Race que vino a Colombia, porque fui a una clase de baile donde lo vi como él y después como drag en una fiesta. Amo bailar, siento que la mejor forma de transmitirle algo a las personas es a través del cuerpo, los movimientos, los gestos, fue muy impactante poderlo ver de hombre y luego en drag, era otra personas. Después quise indagar qué se siente verse del otro género y lo hice, me sentía lleno de mucha energía. El drag ahora para mí es un proyecto de vida”, contó.
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Su mamá, Blanca, quien le confecciona parte de los atuendos, es su inspiración. “Es una excelente madre que he tratado de modernizar, porque fue criada a la antigua. Ha sido un proceso increíble y fructífero, en algún momento encontré la forma de acercarme a ella, también ha ido a ver los shows y las obras de teatro que hago”, dijo la artista.
Junto a Aquarella también participaron en el conversatorio Harley Córdoba, presidente del Consejo Consultivo para la Política Pública de Medellín; el activista Sergio Chacón; y Juliana Chacón, investigadora del Grupo Gestor de la Universidad de Antioquia.
Programa jóvenes resilientes
Esta iniciativa de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Usaid, y Acdi/Voca Colombia genera oportunidades de formación, emprendimiento, empleo y de ingreso económico para la población juvenil del país.
Además, fomenta el uso del tiempo libre y la creación de espacios seguros, físicos y digitales para gestar capacidades de resiliencia que permitan convertir a los jóvenes en actores de cambio positivo en sus comunidades.
Estos programas son impulsados en 30 municipios de cinco regiones de Colombia, en las que el 65 % de la población joven vive debajo de la línea de pobreza, 57,6 % no tiene empleo formal y el 30 % no estudia ni trabaja.