Álvaro Leyva, excanciller y otrora defensor férreo del presidente Gustavo Petro, lanzó una carta-bomba que sacude los cimientos del gobierno: denuncia una Presidencia ausente, atrapada en círculos viciados y plagada de decisiones erráticas. Con la autoridad de quien estuvo en el corazón del poder, Leyva relata episodios alarmantes como la desaparición de Petro durante una visita oficial a París, donde, según él, confirmó que el Presidente enfrentaba serios problemas de drogadicción. “Nunca se repuso”, afirma, y con eso no solo retrata un líder debilitado, sino un país gobernado por la sombra de sus supuestas adicciones y ausencias.
Por el momento, la única prueba de que el contenido de la carta es verdad es su propia palabra, pero llama la atención la afirmación del exministro: “una vez inicié mis funciones, me di cuenta prontamente que usted no hablaba recurrentemente con sus ministros (...) Encontré que su círculo de confianza era bien reducido. Entre los ministros lo comentábamos”.
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Allí mismo, denunció que esa desconexión también se veía reflejada en los nombramientos y despidos de los cargos ministeriales, dando como ejemplo a Arturo Luis Luna, el exministro de Ciencia, Educación y Tecnología.
“Yo, el mayor, me convertí en escucha de varios. El que más me insistía en que le ayudara a hablar con usted fue su primer ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación. Se dice que en la primera crisis usted lo remplazó sin haberlo recibido”, afirmó Leyva en la carta.
Hasta ahora, el presidente Petro no ha hecho alusión a esa parte de la carta. Sin embargo, las acusaciones de Leyva no terminan allí. El exministro aseguró que incluso él tuvo problemas para establecer diálogos con el presidente: “si bien es cierto que fui un funcionario de altísimo nivel supuestamente cercano a usted, debo manifestarle que nunca fue fácil aproximarlo. Esto bien lo sabe. Tal la razón por la que he recurrido a varios mensajes hoy llamados X, y a las redes sociales para dar a conocer mi estado de ánimo sobre lo que considero es mi deber que usted tenga presente. Usted en primer lugar. Y de ser necesario la nación entera”.
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Y agregó: “asumí la Cancillería con ánimo desprevenido, con deseos sí de lucirme buscando que usted alcanzara ser un líder continental y una esperanza mundial. Pero me sorprendió desde un comienzo que no nos pudiéramos sentar en ningún momento para trazar la política exterior del Estado”.
En cuanto a eso, señaló a la actual canciller del país, Laura Sarabia, de ser la responsable. “Cuando iba a buscarlo, la señora Sarabia conocida de autos me hacía esperar por horas con la excusa de que usted eventualmente me recibiría. Tantas veces ocurrió lo mismo que finalmente comprendí que ella era la dueña de su tiempo, de algunos quehaceres suyos y que, además, le satisfacía algunas necesidades personales”.
La respuesta de Gustavo Petro
Por el momento, el pronunciamiento del presidente Petro al respecto se ha mantenido sustancioso. Por medio de su cuenta de X, el jefe de Estado aseguró: “la única manera para que la prensa públique cartas, es insultándome. No solo habla mal del escritor, sino de la prensa. ¿Es que Paris no tiene parques, museos, librerias, más interesantes que el escritor, para pasar dos días? Casi todo en París es más interesante. ¿Es que acaso no tengo hijas y nietas en París, muchísimo más interesantes que el escritor? (sic)”.
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