María Inés Parra estuvo en vilo con una búsqueda constante y sin respuestas por más de dos décadas. En abril de 2003, su hijo Jorge Enrique González Parra desapareció en la zona rural de Cocorná, Antioquia.
Después de 21 años de espera, finalmente pudo recibir el cuerpo de su hijo, quien había sido inhumado como no identificado en el cementerio de Rionegro. Con la colaboración de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), María Inés pudo darle una despedida digna a Jorge Enrique.
La imagen de Jorge Enrique, de 25 años, vistiendo pantalón beige y camisa a rayas, permanece grabada en la memoria de su madre. La fotografía fue tomada en la finca de Uramita, Antioquia, que la familia tuvo que abandonar debido al conflicto armado.
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La historia de los González Parra está marcada por el dolor y la pérdida. A finales de los años 90, en Cocorná, José Luis fue el primer hijo en desaparecer en 1999. En abril de 2003, Jorge Enrique salió a trabajar al campo y nunca regresó. Ese mismo año, otros dos hermanos, Francisco Javier y Jorge Emilio, también desaparecieron. María Inés y su familia se vieron obligados a desplazarse varias veces, buscando seguridad en medio de la violencia.
El 15 de diciembre de 2021, la UBPD recuperó el cuerpo de Francisco Javier del cementerio Universal de Medellín, y en septiembre de 2023, fue entregado a la familia. En marzo de 2024, durante una intervención humanitaria en el cementerio de Rionegro, el cuerpo de Jorge Enrique fue hallado y entregado a su madre. Ahora, María Inés ha decidido sepultarlo junto a su hermano Francisco Javier.
La UBPD sigue en la tarea de encontrar a José Luis y Jorge Emilio. Entre el 4 y el 14 de marzo de 2024, la entidad intervino el cementerio Panteón de la Colina en Rionegro, recuperando 19 cuerpos e iniciando la identificación de estos.
En Antioquia, hay un registro de 24,457 personas desaparecidas y en Colombia, de 111,640. La búsqueda no cesa y la esperanza de María Inés de reunir a su familia permanece viva.