Un cambio sorpresivo hizo el alcalde Daniel Quintero al darle a Santiago Preciado, cabeza de la Secretaría de Inclusión Social, la potestad “específica y transitoria” de hacer el proceso para adjudicar un millonario contrato del PAE para atender con alimentos a los niños de colegios públicos. Llama la atención porque esta competencia recaía sobre la Secretaría de Suministros; muchos temen que se terminen amañando requisitos para favorecer a algún contratista.
A esto se suma que este giro se dio gracias a que la Alcaldía solicitó vigencias futuras para el PAE de 2023 pese a que no era necesario, lo que implica que se hagan dos licitaciones públicas en vez de una sola para esa vigencia, aún con los riesgos que ello genera en la prestación del servicio, como retrasos, por las dinámicas mismas de estos procesos contractuales. La alerta la hizo el concejal Luis Bernardo Vélez: “Pido a todos los entes de control vigilar este proceso”.
Lo primero que hay que decir es que el contrato en cuestión será con recursos de vigencias futuras ordinarias que Quintero pudo comprometer luego de que el Concejo se las aprobara el pasado 7 de octubre: $87.000 millones para el PAE. El argumento de la administración fue la necesidad de prestar el servicio de alimentación a los niños y adolescentes de las instituciones oficiales de forma ininterrumpida hasta 2023.
Esto, teniendo en cuenta que el actual contrato del PAE, que consta de tres lotes, se va a vencer y no alcanzaría a suplir el servicio en los primeros días escolares del próximo año, por lo cual las vigencias futuras se pidieron para abrir la licitación desde este año y que cuando los niños entren a estudiar tengan garantizada la alimentación escolar.
No obstante, fuentes cercanas a la Secretaría de Inclusión explicaron que en la práctica esas vigencias futuras para el PAE no se necesitaban porque al actual contrato se le podían hacer adiciones para terminar de prestar el servicio este año y garantizar el de los primeros dos o tres meses de 2023, mientras se surtía el proceso de licitación para el resto del año entrante.
De hecho, dijeron las fuentes, la licitación que se va a abrir con las vigencias futuras no alcanza a cubrir todo el 2023, ni siquiera con adiciones, por lo cual, de todas formas, les va a tocar abrir otra licitación ese año. Si hubieran hecho la adición en el actual contrato, hubieran podido hacer una única licitación en 2023 para suplir con un solo contrato el servicio hasta el último día escolar.
Piden mayor vigilancia
Las vigencias futuras fueron radicadas por la Secretaría de Inclusión ante el Concejo el pasado 20 de septiembre y, como ya se dijo, aprobadas el 7 de octubre.
Levanta suspicacias que estas vigencias hayan servido para que recayera la competencia contractual en Inclusión Social y no en Suministros y Servicios, que es la entidad que tiene la experticia y capacidad técnica y logística para las licitaciones públicas. Y, de hecho, será Suministros la que haga el seguimiento a la ejecución del contrato.
“Pidieron las vigencias porque así pueden garantizar la continuidad del servicio con un contrato por un valor más robusto”, dijo una de las fuentes. Y con todos los escándalos que se han generado en esta administración sobre la elección de los contratistas, algunos piensan que podrían amañar requisitos para beneficiar a un operador determinado.
Cabe aclarar que a la nueva licitación se puede presentar cualquier oferente, incluidos los actuales operadores, sobre los cuales fuentes internas de la Alcaldía han dicho que han tenido un buen desempeño, pese a que también se han recibido denuncias relacionadas con la capacidad instalada, como niños que se han quedado sin la ración o que deben rifar los cupos entre los estudiantes.
Por su lado, la justificación de la Alcaldía para depositar en Inclusión Social la potestad de abrir la licitación y adjudicar el contrato es que hasta el 30 de septiembre había plazo para que las dependencias de la Alcaldía presentaran los proyectos que serían con vigencias futuras y que, por competencia, debían adjudicarse por Suministros. Como Inclusión radicó el proyecto en el Concejo apenas el 22 de septiembre, no hubo tiempo para que la aprobación fuera antes del 30. Para algunos, no es una casualidad porque si sabían que tenían esa necesidad, pudieron solicitar con más tiempo. Inclusive, en agosto el Concejo aprobó vigencias para otros frentes.
Este medio consultó a la Alcaldía sobre el tema, pero al cierre de esta edición no recibió una respuesta. Lo cierto es que ya habían dicho que con las vigencias futuras buscan la alimentación para cerca de 220.000 estudiantes beneficiarios, de 444 colegios.
Los niños y adolescentes que pertenecen al programa reciben complementos alimentarios en las modalidades de almuerzo, ración industrializada, complemento AM/PM y vaso de leche. Cada mes se entregan más de 4 millones de raciones de alimentos.
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