En 1995, cada colombiano consumía en promedio 149 huevos al año. Tres décadas después, en 2024, la cifra alcanzó los 343 por habitante, más del doble, reflejando el crecimiento sostenido de este alimento en la dieta nacional.
En cuanto al pollo, este año se llegará a un consumo per cápita de entre 37 y 38 kilogramos por persona al año, consolidándose como la proteína cárnica más consumida en el país.
Puede leer: Exportaciones de carne de res en Colombia crecen, pero ¿a qué costo para los precios internos?
En entrevista con EL COLOMBIANO, Gonzalo Moreno, presidente de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi), explicó que este crecimiento ha convertido al país en una potencia avícola, capaz de conquistar 11 mercados internacionales gracias a plantas de exportación de talla mundial.
¿Cómo terminará la producción y consumo de pollo y huevo este 2025?
“Colombia cerrará este año con una producción récord de más de 19.200 millones de huevos y 1,9 millones de toneladas de carne de pollo, cifras que superan ampliamente los 18.000 millones de huevos y 1,8 millones de toneladas de pollo alcanzados en 2024. Este crecimiento, impulsado por el aumento del consumo, consolida la recuperación de los niveles previos a la caída de 2021.
En promedio, se estima terminar este 2025 con un consumo per cápita de entre 37 y 38 kilogramos de pollo y más de 360 huevos en 2025, frente a los 343 huevos y 37 kilogramos registrados el año pasado. Solo en el primer trimestre de este año, el subsector de pollo creció 8,3% y el de huevo, 9%.
Entérese: Medellín destronó a Cartagena con el precio más alto del pollo asado durante julio
Hoy, el país se consolida como el tercer productor avícola de Latinoamérica y el décimo a nivel mundial, además de ser la tercera nación con mayor consumo de huevo en el planeta, solo superada por Japón y México”.
¿En materia de mercados internacionales a dónde está llegando el huevo y el pollo colombiano?
“En materia de exportaciones, el Caribe se ha consolidado como un destino clave para el huevo, con 150 contenedores enviados este año. Además, se espera concretar próximamente envíos de ovoproductos, como huevo líquido y en polvo para pastelería. En el caso del pollo, ya se abrió el mercado de Emiratos Árabes y se prepara el primer despacho hacia Japón.
Entre los mercados abiertos para la industria avícola colombiana se encuentran Japón, Cuba, México, Perú, Venezuela, Bolivia, Ecuador, la Unión Económica Euroasiática (Kazajistán, Rusia, Bielorrusia, Armenia y Kirguistán), Namibia, Bahamas y Emiratos Árabes Unidos”.
¿Qué falta para entrar a Estados Unidos y China?
“En cuanto a la apertura de nuevos mercados, el caso de Estados Unidos sigue siendo un proceso complejo y prolongado. Aunque ya se realizó una visita técnica, aún falta la voluntad del gobierno estadounidense para avanzar.
Actualmente, ese país solo permite el ingreso de pollo proveniente de Chile y huevo de Turquía, Brasil y, en menor medida, Corea, lo que evidencia las estrictas barreras de acceso.
Le interesa: Después del oro, el café es el rey en Antioquia: exportaciones crecieron 113% en el primer semestre
En el caso de China, se está a la espera de la visita de las autoridades sanitarias de ese país para certificar las plantas colombianas y así poder iniciar exportaciones. La industria avícola nacional continúa impulsando activamente este proceso”.
Con un mercado tan grande como el chino, ¿tiene Colombia la capacidad para suplir su demanda de pollo y huevo?
“El mercado chino tiene preferencias muy distintas a las nuestras. Allí no consumen el pollo de la misma manera que en Colombia: su interés está en cortes como las garras y las crestas, mientras que la pechuga, que aquí es muy valorada, prácticamente no tiene demanda.
Por eso, las exportaciones hacia China no serán de pollo entero, sino de estas partes específicas que en el mercado local se consideran menudencias.
Esto representa una oportunidad para dar valor agregado a cortes que en Colombia se pagan poco o se destinan a la producción de queratina, colágeno, alimentos para mascotas o subproductos. En cambio, en China estos cortes tienen una alta demanda y se pagan muy bien”.
¿Cuáles son los principales retos del sector en este momento?
“Lamentablemente, la seguridad en el país se ha deteriorado de forma preocupante. La extorsión y la presencia de bandas criminales en varias regiones impiden incluso el transporte de ciertos productos. Esta semana, en el Norte del Cauca, la hija de un conductor de una de nuestras compañías fue secuestrada por un grupo armado con fines de reclutamiento forzado.
El país ha dado un claro retroceso en materia de seguridad, y a esto se suma otro problema creciente: los bloqueos. En Colombia, las protestas que cierran vías se han vuelto parte del paisaje; prácticamente cada semana surge una en alguna región. Un ejemplo reciente fue el cierre de la zona del páramo por parte de productores en Boyacá, lo que dejó granjas incomunicadas y obligó a desviar hacia el Magdalena Medio la producción proveniente de Santander con altos sobrecostos.
Vea también: Tomate, café y refrescos: estos son los alimentos que más subieron de precio en julio
El problema es que estas vías de hecho se han convertido en la constante: comunidades que interrumpen el tránsito por inconformidades con una carretera, un acueducto o cualquier demanda local. Esto es un grave error que no podemos normalizar, porque al final todos los colombianos terminamos pagando las consecuencias de la ausencia del Estado”.
¿Cómo se está preparando este año Colombia para competir en los mercados internacionales y qué nuevos destinos se están gestionando?
“Colombia cuenta con un mercado interno sólido, pero también tiene capacidad para exportar hasta 350.000 toneladas de pollo sin necesidad de construir nuevas plantas, algo que representa un desafío para otros países. Gracias a su topografía, ciudades como Medellín cuentan con plantas de producción de talla mundial, capaces de competir con instalaciones de Estados Unidos o Brasil. La calidad del pollo colombiano ya está preparada para el consumo directo, incluyendo presas y productos listos para cocinar.
A diferencia de países como México, donde el 60% del pollo que se consume es pollo vivo, o Perú, con un 80%, en Colombia la industria produce directamente para consumo directo, eliminando prácticas que hoy resultan incomprensibles para el mercado local. Esto se logró, en parte, gracias a los preparativos realizados ante el TLC con Estados Unidos, que exigía competir a nivel internacional.
Lea aquí: Colombia busca comprar Monómeros, pero necesita aprobación de EE. UU. por sanciones
Actualmente, la industria avícola colombiana está trabajando en la apertura de nuevos mercados y ya tiene 15 destinos internacionales en desarrollo”.