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Adiós a Chalo, el hombre que contagió de alegría los pasillos de EL COLOMBIANO

Juan Gonzalo Henao Pardo, querido mensajero de EL COLOMBIANO por más de cuarenta años, falleció este lunes 21 de julio. Nos deja un vacío, pero también un legado de alegría y compañerismo.

  • Juan Gonzalo Henao fue uno de los trabajadores que más tiempo estuvo en EL COLOMBIANO. FOTO: EL COLOMBIANO
    Juan Gonzalo Henao fue uno de los trabajadores que más tiempo estuvo en EL COLOMBIANO. FOTO: EL COLOMBIANO
  • Adiós a Chalo, el hombre que contagió de alegría los pasillos de EL COLOMBIANO
  • Juan Gonzalo, en compañía de Luis Miguel De Bedout, quien estuvo 25 años en la presidencia de El Colombiano hasta 2019.
    Juan Gonzalo, en compañía de Luis Miguel De Bedout, quien estuvo 25 años en la presidencia de El Colombiano hasta 2019.
hace 3 horas
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En las tardes, con el cierre de edición respirando en la nuca y un reguero de caras de pocos amigos en la sala de redacción, aparecía Juan Gonzalo y pasaba por cada área entregando, puesto por puesto, correspondencia y paquetes. Entonces saludaba a todo el mundo como si fuera el saludo mañanero; enérgico y alegre, acompañado por esa sonrisa que parecía tener tatuada en el rostro. Con su uniforme impecable, como si lo acabara de sacar de la bolsa y estuviera estrenando. Y durante los minutos en los que daba la ronda por redacción, la energía cambiaba un poco. “Chalo”, quien falleció este lunes 21 de julio a sus 62 años, era de esas personas que tenía ese donde dejar una estela de alegría a su paso.

Juan Gonzalo Henao Pardo era también una rareza en estos tiempos. Estuvo en EL COLOMBIANO cuando su sede era en Juanambú, estuvo siempre cuando pasó a su histórica sede en Envigado y siguió alegrando los días de trabajo presencial cuando, después de la pandemia, cambió definitivamente el modo de trabajo y, como cientos de empresas, el periódico entró a funcionar en ese modelo híbrido de oficina y casa. En un país donde los empleados duran en promedio entre tres y cuatro años en una empresa, Juan Gonzalo se acercó al medio siglo haciendo parte de esta casa periodística, donde realizó siempre su trabajo como mensajero con una alegría contagiosa. Ya fuera con los altos directivos de la empresa o con el practicante recién llegado, de Chalo siempre se podía esperar una buena conversa, un consejo sencillo y respetuoso, buen estrechón de manos.

Carlos Mario Gómez, editor nocturno y que hace parte de EL COLOMBIANO desde hace 37 años, recordó que desde niño Juan Gonzalo tuvo como desvelo que sus compañeros se sintieran apoyados y queridos. “Juan siempre se caracterizó por ser un gran compañero y buen futbolista. Lo conocí desde niño, en la Escuela Federico Ozanam, en Buenos Aires, fuimos compañeros en la primaria. Desde entonces, él me contaba que vendía el periódico EL COLOMBIANO en las madrugadas y luego se venía a estudiar. Era el mejor de todos nosotros en el fútbol. Con el paso de los años, nos volvimos a cruzar en EL COLOMBIANO. Siempre amable y mamagallista. Una gran persona y compañero. Mi solidaridad con su familia. La fui bien con él en la escuela. Incluso, varias veces me defendió cuando algunos de los compañeros se pasaban haciendo matoneo a todos los compañeros. Juan llegaba al momento a ponerles tatequieto”.

Claudia Arango, editora de Tendencias, valoró esa energía que siempre repartió Chalo en la oficina. “Siempre que se acercaba a mi puesto a entregarme alguna correspondencia, me saludaba de beso y abrazo. Me preguntaba cómo estaba con una energía desbordante que te contagiaba. Nunca lo vi enojado, nunca lo vi de mal humor, nunca lo vi serio, siempre sonriendo, siempre con la mejor actitud. Uno podía tener un mal día, un momento angustiante y su sola presencia ya lo alegraba a uno, porque si él notaba que uno estaba ‘bajito’, buscaba la forma de hacerte reír, “a ver, pues, anímese, pues, que usted se ve mejor riéndose”, decía. Hablaba con orgullo de todos los años que llevaba en el periódico, de toda la gente que había conocido. Lucía su uniforme con gusto y se le notaba feliz de llevar en su camiseta el logo de EL COLOMBIANO”.

Adiós a Chalo, el hombre que contagió de alegría los pasillos de EL COLOMBIANO

Chalo era un gran hincha de Nacional, y entre risas siempre encontraba el fútbol como la excusa para sacarle un momento de distensión a las apremiantes jornadas en el periódico. Así lo recordó Rodrigo Morales, director del Q´Hubo: “Juan Gonzalo era un bacán de tiempo completo. Su saludo siempre estaba acompañado de una gran sonrisa. No importaba si era de mañana, tarde o noche, era dueño de una gran energía positiva. Con Chalo, como le decía yo, nos unía el amor por Nacional y ahí siempre teníamos tema para alargar el saludo diario. En una gran época en Q’HUBO teníamos dos pases de cortesía para ver el Verde. Muchas veces los compartí con él. Cuando el Covid se llevó los pases, me los seguía reclamando para ir al Atanasio, y aunque él sabía que la respuesta iba a ser negativa, nos quedábamos hablando un ratico sin afanes. Juan Gonzalo, descansá en paz. Dejaste una gran huella en nuestras vidas y creo que eso vale todo el oro del mundo”.

En las cosas más sencillas, Chalo siempre mostró su talante como ser humano y compañero. Fresvier Hidalgo, diseñador de redacción, recordó también la particular manera en la que Chalo le mostraba su aprecio. “Un gran admirador de mis pintas, siempre tenía algún comentario bacano de ellas, decía ‘ojalá tuviera la personalidad y la plata para ponérmelas’, le contestaba que solo necesitaba la personalidad porque yo no usaba cosas tan costosas, que más valían esos pisos que él tenía, le daba mucha risa. Decía también que cuando me iba a desprender de alguna cosa, lo sorprendí cuando un día le llevé unos tenis que yo sabía que cuando me los vio le gustaron mucho, esa cara de sorpresa y agradecimiento no se me olvidan, el día que se los puso nos tomamos una foto. Era un bacán, un ser de luz a los cuales el Señor quiere tener arriba y se los lleva rápido a disfrutar de la eternidad. Un abrazo y consuelo para su familia”.

Juan Gonzalo, en compañía de Luis Miguel De Bedout, quien estuvo 25 años en la presidencia de El Colombiano hasta 2019.
Juan Gonzalo, en compañía de Luis Miguel De Bedout, quien estuvo 25 años en la presidencia de El Colombiano hasta 2019.

A la familia de Juan Gonzalo le enviamos nuestro abrazo de solidaridad y el agradecimiento por haber compartido con EL COLOMBIANO, por más de 40 años, a ese ser maravilloso que fue Chalo.

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