El escándalo de corrupción de la UNGRD no frenó las aspiraciones políticas de varios congresistas salpicados, quienes buscan mantener o ampliar su presencia en el Congreso de 2026. El actual director de la entidad los calificó como descarados. “¿Por qué no se dedican mejor a su defensa?”, dijo.
En medio de la avalancha de inscripciones de candidatos para las elecciones al Congreso de 2026, hay un asunto que no deja de pasar de agache y que ratifica las dimensiones del escándalo de corrupción que desangró la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Se trata de aquellos congresistas que, pese a resultar salpicados en lo ocurrido, buscan repetir curul en el Legislativo.
Quien prendió las alarmas fue el propio director de la entidad, Carlos Carrillo, quien reclamó que, pese a que el país “lleva dos años hablando día y noche del escándalo de corrupción”, muchos de los involucrados “andan orondos presumiendo sus inscripciones al Congreso”.
Carrillo no vaciló en señalar incluso a la senadora Martha Peralta, del Pacto Histórico, a quien la Fiscalía acusa de supuestamente coordinar la estrategia del Gobierno para hacerse a votos y acordar la gestión de proyectos dentro de la Unidad para beneficiar a congresistas.
No obstante, Peralta ahora busca conservar su curul en el Senado con el aval de su colectividad, el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), que decidió montar rancho aparte de la coalición del Pacto Histórico, precisando que no se trata de una ruptura.
En el ramillete de salpicados por el caso UNGRD que le apuestan a conservar su curul en el Congreso se cuentan también Wadith Manzur, del Partido Conservador –quien busca dar el salto de la Cámara al Senado–; Julio Elías Chagüi, del Partido de La U, o Berenice Bedoya, de la Alianza Social Independiente (ASI), que resultó mencionada días atrás durante la imputación de cargos contra los exministros Ricardo Bonilla y Luis Fernando Velasco.
“En partidos de todas las tendencias ideológicas han recibido avales, esto es un insulto al país. ¿Por qué no se dedican mejor a su defensa? Una cosa es el derecho a la presunción de inocencia y otra muy distinta el descaro”, reclamó el director Carillo.
De hecho, el funcionario llamó la atención por la aspiración del dirigente Alexander Ángulo, avalado por Fuerza Ciudadana, a quien acusó de ser “la mano derecha” de Olmedo López, exdirector de la UNGRD, y Sneyder Pinilla, exsubdirector del organismo.
“El señor Ángulo es el eslabón perdido entre Olmedo y Sneyder. Lo he dicho varias veces y el tipo pasa de agache. Fue uno de los que quiso atrincherarse en la UNGRD, un contratista que ni siquiera pasaba cuentas de cobro. Espero que la Fiscalía lo llame a testificar, sin duda sabe mucho y aún hay demasiadas piezas que faltan en el rompecabezas de la empresa criminal que se enquistó”, agregó.
Sin embargo, otros congresistas salpicados en el escándalo decidieron no aspirar en esta oportunidad. Allí se cuenta el representante Julián Peinado (Partido Liberal), Liliana Bitar (Partido Conservador) y Juan Pablo Gallo (Liberal), quien suena para llegar a la Alcaldía de Pereira en las próximas elecciones regionales.
Los legisladores, según la Corte Suprema de Justicia, son señalados de orquestar presuntos acuerdos ilegales en su condición de congresistas, así como con presuntas irregularidades en la aprobación de proyectos y eventuales contrataciones en la Unidad.
“Los investigados, como miembros de la Comisión Interparlamentaria de Crédito Público (CICP), habrían aceptado emitir conceptos respecto de operaciones de crédito público presentadas por el Ministerio de Hacienda, a cambio de dádivas que se materializarían en contratos de la UNGRD”, explicó en su momento el alto tribunal.
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