Lo que comenzó como una luna de miel institucional, hoy se parece más a un matrimonio roto a gritos. Al presidente Gustavo Petro, fiel a su costumbre, le está costando mantener una relación en buenos términos con la fiscal general, Luz Adriana Camargo. Hace apenas dos años celebraba su elección como un triunfo propio; hoy, ambos se mueven entre dardos cruzados, recriminaciones y un incómodo “usted fue, usted hizo o no hizo” que ya dejó de ser privado.
El capítulo más reciente de este novelón se escribió en la red social X. Allí Petro insinuó que el Gobierno había perdido el apoyo de la fiscal -como si esa fuera su función-, y lo hizo al referirse al proceso de paz con la disidencia liderada por alias Calarcá. El mensaje del presidente, reavivó la tormenta política que rodea el caso y aumentó la presión sobre el ente investigador.
Le puede interesar: Fiscal Camargo le responde a Petro: “La Fiscalía no está instituida para prestarle apoyo al Gobierno”
Entre esas embestidas públicas y las críticas por el manejo del expediente de Calarcá —los archivos hallados en dispositivos incautados hace más de un año— transcurren los días de la fiscal Camargo. En la Corte Suprema se habló incluso de cierto sinsabor, por lo que algunos magistrados perciben como inacción frente a un caso explosivo para el país, como lo es la posible infiltración de esa disidencia en el Gobierno y en las Fuerzas Militares. Ese malestar derivó en una convocatoria urgente a la fiscal para una reunión extraordinaria que, según se filtró después, terminó sin sobresaltos.
Antes de eso, había otro malestar rondando a los magistrados de la Corte. El encuentro, que finalmente se llevó a cabo hoy en la mañana, estaba inicialmente agendado para el 3 de diciembre, pero un viaje de Camargo a La Haya en los Países Bajos obligó a cambiar la fecha.
El cónclave fue discreto y sin comunicados oficiales, tuvo lugar en un salón de la Corte al que pocos suelen entrar sin invitación. Más que una cita planeada, pareció una reunión convocada para tomar la temperatura institucional. Camargo fue recibida por la presidenta de la Sala Penal, Myriam Ávila, quien encabezó la conversación.
Lea también: A las malas, Petro admite veracidad del caso ‘Calarcá’, pero arremete contra la fiscal Luz Adriana Camargo, ¿por qué?
Aunque la misma Corte Suprema anunció que la reunión no se realizó antes por compromisos internacionales previamente adquiridos por la fiscal, dentro del alto tribunal hubo quienes consideraron la cancelación un desaire en un momento extremadamente sensible. Otros magistrados, sin embargo, optaron por quitarle dramatismo y defendieron que la sala no está para crisis, sino para garantizar puentes.
Lo cierto es que, durante casi dos horas, Camargo expuso el estado del caso de alias Calarcá, detalló avances, obstáculos y líneas de investigación, y escuchó preguntas directas de los magistrados. Algunos, querían una explicación directa sobre por qué, pese a que el material probatorio extraído de los teléfonos celulares incautados a la disidencia estaba en poder de la Fiscalía desde hace más de un año, no se habían adoptado medidas o acciones, al menos de carácter preventivo. La inquietud no era menor.
Para ciertos sectores de la Corte, el silencio procesal frente a información tan sensible alimentó la percepción de que el caso avanzaba a cuentagotas, pese a su trascendencia institucional.
Frente a esas dudas, la fiscal reiteró lo que ya ha sostenido públicamente. Que la información hallada en los dispositivos es vasta, compleja y exige análisis profundos por parte de los equipos técnicos antes de poder traducirse en decisiones judiciales. Explicó que no se trata solo de revisar archivos o comunicaciones, sino de reconstruir estructuras, roles, flujos de mando y contextos operativos que permitan diferenciar entre datos en bruto y evidencia judicialmente sólida.
Aun así, la fiscal recordó que parte de ese material ya permitió acciones concretas. Entre ellas, la captura de varios integrantes del grupo disidente vinculados al atentado contra un helicóptero del Ejército en Amalfi, Antioquia. Otro de los temas que ocupó un lugar central, y quizá el más delicado del cónclave, fue la posible conexión entre alias Calarcá y el general Juan Miguel Huertas. Camargo habría explicado que las indagaciones siguen su curso y que el despacho trabaja en esclarecer si las menciones al oficial en los dispositivos obedecen a contactos reales, a referencias indirectas, entre otras hipótesis.
Huertas, vale recordar, fue suspendido provisionalmente por la Procuraduría mientras se determina si existe o no algún vínculo irregular.
Regístrate al newsletter